Un hombre de 53 años y que fue detenido por violar a su vecina de 12, quien fue a pedirle comida, quedó a una instancia menos de llegar a juicio por el hecho, tras recibir la prisión preventiva por “abuso sexual con acceso carnal”, señalaron fuentes judiciales.
El caso, que generó conmoción en gran parte de la comunidad, fue perpetrado en un barrio de Puerto Rico, a mediados de febrero pasado, según surgió de la investigación a cargo del Juzgado de Instrucción 1 de esa localidad, a cargo del magistrado Leonardo Manuel Balanda Gómez.
El día del hecho, la madre de la víctima le habría solicitado al acusado si podía prestarle puré de tomates, a lo que el hombre asintió. Por tal motivo la mujer envió a su hija a buscar dicha mercadería.
Fue entonces que sin sospechar nada extraño, pues son vecinos, la niña se dirigió hasta la vivienda del individuo. El imputado le hizo pasar a la menor a su propiedad, y en esas circunstancias le habría dicho que iba a buscar dicho ingrediente.
Inusual saña
Siempre de acuerdo a la denuncia, el hombre ingresó a una habitación y llamó a la niña para que busque el puré de tomates. La menor fue hasta el lugar y entonces le extendió la mano para pasarle dicho producto.
Fue allí que la tomó del brazo y la empujó hacia el interior de ese lugar y la arrojó sobre la cama. Seguidamente la agredió físicamente porque la víctima opuso tenaz resistencia. No obstante y aprovechando la superioridad física continuó golpeándola y le desgarró las prendas de vestir, para luego someterla sexualmente.
Una vez al tanto de lo sucedido la madre de la niña radicó una denuncia ante la policía y el sospechoso fue detenido.
Tras realizarse la Cámara Gesell, donde la menor ratificó lo sucedido y complicó al presunto abusador, el mencionado magistrado reunió diversos elementos de prueba que ameritan la prisión preventiva. Vale agregar que en el marco de la causa hubo allanamientos y secuestros de elementos como ser prendas de vestir y otros objetos de la presunta escena del hecho y también se realizaron pericias genéticas y psicológicas al imputado.
Es decir que el acusado continuará tras las rejas hasta que se resuelva en forma definitiva su situación procesal.