“En mi parroquia esta colecta nacional de Cáritas sumó alrededor de 220 mil pesos, pero los donativos con ese destino no se quedan sólo en los días de la campaña. Hay gente que sigue realizando colaboraciones. Viendo lo sucedido en la Sagrada Familia entiendo que en otras comunidades pasará lo mismo y que la gente habrá expresado su generosidad, entendiendo que esta colecta tiene como única finalidad sostener los proyectos de asistencia”.
En esos términos el titular de Cáritas, el sacerdote Alberto Barros, se refirió al balance preliminar de la colecta 2021 que tuvo lugar el fin de semana último y se mostró satisfecho con los resultados.
Barros explicó que los donativos se dividen en tres partes: un tercio queda para las actividades de Cáritas de cada parroquia, otro para las de Cáritas Diocesana y el resto se envía al organismo nacional.
“Dentro de los proyectos en que se aplica esta colecta son variados y tienen que ver según las necesidades de cada zona. El dinero a veces se utiliza para la compra de alimentos, medicamentos, proyectos educativos, de vivienda, programa de prevención de adicciones”, describió.
En ese sentido, el titular de Cáritas Diocesana Posadas explicó que el dinero que le corresponde a jurisdicción local se usará para reforzar el fondo de construcción y refacción de viviendas sociales como así también para la compra de alimentos, sobre todo de leche destinada a los merenderos.
“Ha sido una colecta muy generosa que revela una vez más el corazón de nuestra gente que tiene claro, desde la fe, que en cada hermano pobre está Jesús que nos invita a servirlo”, enfatizó Barros.
No obstante todo ello, el pastor católico aseguró que los fondos “nunca alcanzan” y que se hace “necesaria la construcción de una gran unidad para sacar a los argentinos de la pobreza”.
“Desde los equipos de Cáritas somos conscientes que lo que podemos hacer siempre es muy limitado. La situación de pobreza que hay en nuestro país es muy grande. Buscamos aliviar esa situación, sabiendo que la solución al problema de la pobreza que arrastra nuestro país y que se ha acrecentado en este tiempo requiere de políticas de Estado consensuadas entre todos los sectores, de esto no se sale sin ello”, remarcó Barros.
Dramática situación
“La crisis actual repercute en todos los ciudadanos y se agudiza en las franjas más pobres y en la clase media humilde. Mucha gente que vivía con un sueldo hoy está recurriendo a un comedor o pide ayuda en las parroquias, lo cual revela una situación muy dramática”, aseguró.
“En los barrios el mayor pedido es el alimento. Su encarecimiento diario genera una angustia muy grande en la gente que está comiendo menos. Eso es escandaloso en un país productor de alimentos”, lamentó el sacerdote.
“El gran reclamo de las familias en los barrios es la necesidad de conseguir leche para los niños. Creo que vamos a seguir destinando los fondos a la compra de comida, tal como lo venimos haciendo en los últimos tiempos”, apuntó.