El liberal Guillermo Lasso asumió ayer la presidencia de Ecuador en un acto celebrado en el Palacio Legislativo en Quito, con fuertes críticas al correísmo y proclamando el fin de la “era de los caudillos”, de “la persecución política” y del “autoritarismo”.
“Nuestros gobernantes nos han fallado, traicionaron a nuestros principios fundacionales”, remarcó Lasso, vestido sobriamente con un traje oscuro y corbata azul claro, a diferencia de su apariencia durante la campaña, en la sede de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral).
“Todo eso termina este 24 de mayo, termina la era de los caudillos”, sostuvo, en velada referencia al expresidente Rafael Correa, y prometió “comandar una lucha para recuperar el alma democrática” del país.
“La respuesta es muy sencilla: lo que sucedió fue la democracia en sí misma; luego de más de 10 años de autoritarismo, de agresiones, de intentos por instaurar un régimen perpetuo, los ecuatorianos asimilamos la más grande lección democrática: que no hay democracia sin participación”, enfatizó, según citó el diario Primicias.
“Gobernaremos para todos; esto significa no gobernar a favor de un sector privilegiado, pero tampoco en contra de nadie, se acabó la persecución política en el Ecuador”, prometió el exbanquero.
Lasso se convirtió en el primer mandatario liberal de Ecuador en las últimas dos décadas tras el período de inestabilidad institucional entre 1997 y 2007, en el que Ecuador tuvo siete presidentes -tres de ellos derrocados en revueltas sociales-, y de los 10 años del Gobierno de Correa.
Fuente: Agencia y medios digitales.