No siempre logramos tener éxito en aquello que desempeñamos como tarea en la vida. ¿El resultado? Frustración. De modo que posamos nuestra mirada en aquellos a quienes nos parece que le va mucho mejor que a nosotros. ¿Son mejores que nosotros? No, nadie es mejor que otro. Lo que sucede es que ellos hacen las cosas de forma diferente y obtienen resultados óptimos.
En realidad, las personas que consideramos “exitosas” desarrollan una estructura de pensamiento distinta de la mayoría. Entonces, si nosotros hiciéramos lo mismo que ellos, conseguiríamos los resultados que ellos tienen. Lo ideal es descubrir qué cosas funcionan en sus vidas para imitarlas. Por lo general, ellos no trabajan más horas, sino que producen mejores resultados.
Te pregunto: ¿sentís que tenés el control de tu vida o, por el contrario, que tus circunstancias te superan? ¿Alguna vez te detuviste a observar tu nivel de satisfacción con vos mismo, con vos misma? ¿Estás contento, contenta, con quién sos hoy? ¿Podés aceptarte tal y como sos en este momento o sentís que tenés mucho que cambiar y mejorar?
Actualmente, y debido a la situación que vivimos a nivel mundial, vemos a muchas personas, tanto niños, como jóvenes y adultos, con lo que en psicología se denomina “depresión blanca”. Esto significa que ellos, si uno les pregunta qué desean lograr en la vida, responden que no saben. No se fijan metas ni objetivos; tampoco tienen ningún tipo de deseos ni sueños.
Pero quiero decirte que vos y yo fuimos diseñados para soñar, perseguir nuestros sueños y verlos convertidos en realidad. ¿En épocas de adversidad también?
¡Especialmente en medio de las dificultades! Tener sueños nos mantiene de pie, nos inyecta fe y nos permite esperar siempre lo mejor, incluso en medio de una crisis. Quien sueña en grande se activará para conseguir eso que tanto desea en su corazón, a pesar de los obstáculos que puedan surgir en su camino.
Recordá: un sueño te brinda bienestar emocional y físico, tan necesario por estos días; y sobre todo te ayuda a sentir que estás en control de tu vida y tenés la fuerza necesaria para no claudicar. En cambio, aquella persona que no sueña, a la que todo le da igual, no hallará motivos para seguir adelante cuando la vida la derribe.
Hoy más que nunca, te animo a convertirte en alguien con mentalidad de metas. Aunque sean pequeñas y parezcan insignificantes, fijate metas cada día y esforzate por cumplirlas.
No te distraigas. Nada ocurre por casualidad y ningún proyecto se plasma por sí solo. Requiere de nuestra planificación y acción decidida. Tal actitud transformará no sólo tus circunstancias sino que, además contagiará a quienes están cerca.