Es así, que aun en medio de esta pandemia que estamos atravesando, el próximo domingo 16 de mayo, nuestra fe nos invita a una nueva peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fátima.
Los invito a participar con alegría y esperanza de esta procesión, con el mismo entusiasmo y devoción que han caracterizado este homenaje a Nuestra Madre. Este año peregrinamos bajo el lema: “MADRE DEL AMOR, DANOS UN CORAZÓN FIEL COMO EL DE SAN JOSÉ”.
Manifestaremos nuestra fe en Dios, uniéndonos en oración, a la caravana de automóviles que saldrá de la Catedral de Posadas a las 8 hs, hacia el Santuario de Fátima, en Miguel Lanús, donde la Madre nos espera para regalarnos las gracias que Ella sabe ofrecer.
Es una hermosa oportunidad para reafirmar nuestra fidelidad y confianza en Dios en medio de los contratiempos que nos toca enfrentar. Pero también, una buena ocasión para seguir el mismo camino de fe de nuestra Madre María y pedir juntos como comunidad por su intercesión. Es una invitación a seguir caminando como pueblo, a ejemplo de María, con fidelidad y certeza en el amor de Dios.
María nos impulsa a creer en Dios con un corazón humilde. La sencillez del corazón, nos anima a creer y confiar en Dios, aun en medio de las dudas e incertidumbres de la vida. Ella nos enseña a caminar contemplando la inmensidad del amor de Dios que siempre nos rodea. Cuando caminamos confiados en el amor de Dios, no hay lugar para preocupaciones ni angustias, como nos recuerda San Pablo: “Dios hace todo para el bien de los que él ama” (cf. Rom 8, 28). En este año de tantas adversidades, honremos a nuestra Señora de Fátima fijando nuestra mirada en la bondad y amor de Dios que siempre nos acompaña.
Además, la fidelidad y sencillez de corazón de María, nos llaman a asumir una actitud frente a la vida. La fidelidad a Dios en la oración y la confianza, le permite a la Madre María decir: “Que se haga en mí según tu voluntad”.
También para nosotros esta aceptación de la voluntad de Dios, nos abre a una fidelidad al plan de Dios en nuestra vida. Cuando nos toca enfrentar adversidades y sufrimientos, esta actitud de confianza nos da la serenidad y la paz necesaria para seguir caminando en la vida, con fe y esperanza.
María nos enseña a estar abiertos a la novedad de Dios, sabiendo que las cosas de Dios no siempre son comprendidas por nuestra inteligencia humana, sino que sólo se puede discernir desde la fe. Muchas de las situaciones que hoy estamos atravesando, nos llaman a una profunda oración y vida de fe, para que podamos descubrir el camino que Dios nos está indicando en medio de tantas adversidades.
La fidelidad de María, también nos invita a seguir su ejemplo de servicio humilde a los demás. En este tiempo de crisis, María nos llama a salir al encuentro del hermano necesitado con un gesto de amor y solidaridad. La visita a su prima Isabel, es un llamado a seguir el ejemplo de nuestra Madre, para salir al encuentro de nuestros hermanos necesitados compartiendo, dando y sirviendo…
Ojalá que como comunidad, podamos honrar a nuestra Madre María el próximo domingo, rezando juntos el Santo Rosario, pidiendo su intercesión para la liberación de esta pandemia que estamos atravesando.
Que esta nueva peregrinación, al Santuario de Fátima, sea una oportunidad para vivir la fe con pasión, orientando el corazón y la vida hacia Dios. Que nuestra Madre del Cielo, interceda por todas nuestras intenciones y necesidades, nos proteja y acompañe en el caminar de la vida.