Las mujeres somos como un pequeño reloj viviente, nuestro cuerpo es una expresión de nuestra capacidad para conectarnos con el ritmo de la vida.
Del mismo modo en que la naturaleza tiene sus cuatro estaciones y recibe la influencia de la Luna para las cosechas, las siembras y para las mareas, así también las mujeres con nuestro ciclo menstrual representamos ese ritmo, ese pulso de la vida, esa constante transformación.
Nuestras abuelas sabían -y muchos médicos hoy en día nombran de igual forma a la gestación- que un bebé tardaba 9 lunas en nacer. Algunas más observadoras comentaban que los varones nacen en Luna Llena y Cuarto Creciente (energía más extrovertida), mientras que las niñas lo hacen en Cuarto Menguante y Luna Nueva (energía más introvertida).
Siguiendo el mismo esquema de comprensión podemos pensar a la mujer con sus fases y sus ciclos.
Al observar los ciclos lunares podemos establecer una comparación simbólica con los ciclos de la vida femeninos.
A la Luna en Cuarto Creciente la podemos identificar con la etapa de la Adolescencia y la primera juventud. La mujer se encuentra centrada en sí misma defendiendo su libertad de todo condicionamiento mientras se prepara para cumplir con su Misión en la vida, incorporando e integrando toda la experiencia posible. Aquí podríamos pensar en el Poder que posee la mujer como el “Poder de la Libertad y la Independencia”.
A la Luna Llena la podemos comparar con la plena Juventud y la Adultez, con la etapa de la maternidad, donde la mujer entra en un vínculo de dependencia y se reconoce a sí misma a través de su creación: el hijo que la llena y la completa. En términos del Poder acá estamos hablando del “Poder de Crear y de Dar”.
A la Luna Cuarto Menguante podemos pensarla como la etapa de la Mediana Edad. Por cierto una etapa de la mujer con una conciencia de sí misma más guerrera y desafiante. Aquí la mujer suelta todo aquello que ya no le sirve y defiende o conserva lo más valioso. El Poder en juego es el “Poder del desapego y el Poder de soltar y perdonar”.
En la Luna Nueva, la etapa vital que se representa es la Edad Madura, la mujer se aleja de la función pública, el ciclo menstrual se ha retirado así como los hijos se han ido del seno familiar y ya se es abuela. Comienzan los replanteos, los balances y las sombras de la muerte acechan.
Pero también nuevos proyectos se comienzan a sentir, latiendo en lo profundo del corazón.
La abuela no necesita llamar la atención, puede pasar inadvertida en función del lucimiento de sus nietos, los retoños del árbol genealógico familiar, pero aún su presencia, su voz y su mirada se hacen sentir como un soplo inspirador.El Poder aquí es: “El Poder de influir sobre los otros”.
¿Alguna vez pensaste en qué fase estás? ¿Notaste lo fecundo de cada momento de tu ciclo y cómo constantemente se renuevan tu energía, tu carácter, tu creatividad desde tu mismo cuerpo?
Recuerda siempre que: “Una Diosa irradia con su Luz, con su Amor y su Ser Único en la Tierra”.
Disfruta de la oportunidad de contagiar a todos con tu Don, el cual nutre a los demás para que sean también ellos como “estrellas que brillan aún en la más oscura de las noches”.
Bendiciones para tu vida.