Esto que no nos gusta, muchas veces funciona como una barrera que nos impide disfrutar de la vida plenamente, dejamos de ir a lugares, evitamos al máximo estar con personas que no sean de nuestro entorno más cercano, nos sentimos inseguros y sufrimos porque estamos encerrados en una limitación que nace de nosotros, no nos estamos dando el permiso para disfrutar libres y despreocupados.
Este sentimiento de inseguridad a veces se vuelve tan fuerte que olvidamos lo maravillosos que somos. Todos tenemos un tesoro dentro, un don único que nos hace especiales e irrepetibles y por ver lo que “nos falta” nos perdemos de la fiesta de “lo que somos y tenemos”.
Las personas que no nos conocen, que nada saben de nosotros y que no tienen la capacidad para ver más allá de lo aparente, muchas veces se burlan o molestan con palabras o bromas dolorosas; esas personas tienen un gran vacío interior y todo lo que no pueden comprender lo rechazan.
Pero ese no es nuestro problema, no es nuestro vacío, aunque como se trata de nosotros nos duele, nos hace pensar que no valemos lo suficiente y nos escondemos. Es en ese momento precisamente cuando debemos pensar y actuar diciendo con toda el alma de adentro hacia afuera: “Esta soy yo, amo quien soy y no hay nada que puedan hacer para cambiarlo”.
Cuando una persona ama a alguien ve mucho más que la apariencia, aprende a saborear los detalles: la risa, la conexión, las ocurrencias, la ternura, la inteligencia, la fuerza interior. Siempre habrá personas que intenten herir ante lo que no conocen y habrá otras que nos digan: “solo quiero decirte que te quiero y aquí estoy si me necesitas”.
Hay cosas en nosotros que si queremos las podemos cambiar, pero parten de un deseo nuestro, de una decisión desde nuestro interior no para “encajar” sino porque de verdad lo queremos hacer, es nuestro tiempo, nuestro momento.
Sin embargo hay otras cosas que por más esfuerzo que hagamos no las podremos cambiar, están totalmente fuera de nuestro alcance, la única cosa que podemos controlar es cómo lidiamos con eso. Podemos escondernos y perdernos la oportunidad de ser felices o podemos sentirnos orgullosos de lo que somos, salir al mundo llenos de ese sentimiento a saborear cada segundo sabiendo que en el camino aparecerán personas que por desconocimiento intenten herirnos pero entendiendo que son sus limitaciones no las nuestras y que nuestro aspecto en nada nos define.