Ante las expectativas inflacionarias de 2021, quienes tienen algún sobrante en pesos y quieren ir al dólar se encuentran con la limitación de que sólo pueden adquirir u$s200 dólares por mes.
Pero, mientras las entidades venden dólares a más de $162 por unidad, cuando sus clientes quieren venderlos les pagan apenas $92 por unidad. La tentación de ir al mercado libre, al dólar MEP o de hacer operaciones directamente en moneda extranjera es muy grande: el ahorrista obtiene cerca de $147 por unidad en una “cueva”.
Las distintas referencias cambiarias que se venden a los ahorristas minoristas, tanto en el segmento legal como en la Bolsa de Comercio y las cuevas, se ubican en un rango que va de los $142 a los $147.
En medio de los nubarrones que se presentan para el futuro cercano del país, el gran interrogante que se hacen los argentinos es hasta cuándo se mantendrá el dólar en este nivel.
Sobre todo, por la expectativa de que puede haber un abrupto ajuste en el mercado ante la incertidumbre y las distintas dudas que se generan con el año electoral en vista.
A lo que se le suma la falta de acuerdo con el Fondo Monetario, la inflación en aumento, la decaída actividad económica por la pandemia y el bajo nivel salarial, entre otras cuestiones claves.
Ahora los bancos sufren un problema que hasta hace poco estaba reservado al mercado blue. Los clientes ya no quieren dólares “cara chica”.
En el mercado cambiario informal que funciona en la City porteña existe desde hace años una diferenciación entre distintas emisiones del billete de dólar. En particular, las financieras y sus clientes tienden a preferir operar con los modelos más modernos del billete de dólar y dejar de lado a los antiguos.
Los “papeles discriminados” son los que se imprimieron en los Estados Unidos hasta el año 1996, un diseño en el que la efigie de Benjamin Franklin del billete de u$s100 aparece dentro de un marco ovalado y que, en términos de dimensiones, es más pequeño en comparación con las versiones impresas más tarde, de allí su nombre “cara chica”.
Los ahorristas que se acercan a las “cuevas” del microcentro porteño y el resto del país a vender dólares “cabeza chica” se encuentran con que les ofrecen hasta $5 o $10 menos de tipo de cambio, sólo porque esos billetes son “difíciles de mover”.
Los bancos hoy se están encontrando en el mismo dilema: las entidades financieras aseguran que los propios clientes que se acercan con turno a la sucursal a retirar las divisas que han comprado bajo el cupo límite de 200 dólares se niegan a recibir los “cara chica” y exigen las impresiones más nuevas.
Todos de curso legal
En el mercado cambiario informal que funciona en la City porteña existe desde hace años una diferenciación entre distintas emisiones del billete de dólar. En particular, las financieras y sus clientes tienden a preferir operar con los modelos más modernos del billete de dólar y dejar de lado a los antiguos.
La discriminación respecto a los billetes previos a 1996 ya generó que las casas de cambio locales salgan a pedir ayuda a la Embajada de los Estados Unidos para que aclaren que son de curso legal y tan válidos como cualquier otro, algo que en la representación diplomática resuelven muy fácilmente refiriendo a la página web de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el banco central de ese país.
“Se advierte a los consumidores de todo el mundo que no es necesario cambiar los billetes de USD 100 del diseño anterior por los nuevos. Es la política del Gobierno de los EEUU que todos los diseños de la moneda de los EEUU sigan siendo moneda de curso legal”, anunció la Fed en 2013.
Fuente: iProfesional