La Cooperativa Picada Libertad de Leandro N. Alem procesó alrededor de 3.500 toneladas de té, una cifra 20% menor a la estimada para la producción de este año y hasta mil toneladas por debajo de los volúmenes que dejó la anterior campaña.
“Desde octubre del 2020 hasta el día de hoy, y estimamos que será hasta mediados de abril o mayo, dependiendo del clima, estamos trabajando con el secadero de té. Hubo muy poca producción, la falta de agua en el verano provocó una escasez de materia prima a nivel general. En el caso de la cooperativa, estamos un 20% por debajo de lo estimado para esta campaña”, explicó a PRIMERA EDICIÓN el gerente de la entidad, Ricardo Smandiuk.
En este sentido, indicó que “comparando con la zafra anterior serían aproximadamente mil toneladas de materia prima menos”.
“Hoy, con lo que todavía se está acopiando, llegaremos a las 3.500 toneladas aproximadamente. Los rindes por hectáreas de té este año fueron muy bajos. En cuanto al mercado hicimos buenos negocios y estamos haciendo todo lo posible para llegar con nuestros compromisos”, destacó Smandiuk.
Esta situación tiene su impacto en la cooperativa, ya que “el no trabajar de forma habitual y normal todos los días de semana genera inconvenientes a la hora de sostener la estructura”, que actualmente emplea a 27 trabajadores.
“Estamos trabajando con lo justo y necesario de mano de obra, lo cual nos permitió sostener los sueldos. Al productor le estamos pagando todos los viernes, no obstante se nos complica bastante porque tenemos capacidad instalada para por lo menos el doble de lo que estamos produciendo”, sentenció. Y agregó que “gracias a Dios no llegamos a tener despidos”.
“No tuvimos suspensiones ni reducciones horarias, estamos haciendo el esfuerzo para sostener al empleado con sus horas completas”, detalló. Por otro lado, aseveró que “el té ya no es una actividad rentable justamente por la baja producción de la materia prima”.
“Nuestra rentabilidad depende mucho de trabajar a pleno o cerca de la capacidad instalada de los secaderos. Cuando no trabajamos, o estamos lejos de esa plena capacidad, se nos complica mucho y hoy estamos lejos de tener rentabilidad”, sostuvo. Sin embargo, reconoció que “los precios del producto final se han modificado y hemos logrado trasladar ese aumento a los productores”.
“Si uno no acompaña el precio, la materia prima se va para otros secaderos que están pagando un mejor precio, así que siempre estamos detrás de esos productores para tratar de acaparar la mayor cantidad de prima posible. Pero, los márgenes de rentabilidad son casi nulos”, adujo.
Por último dijo que la centenaria Cooperativa Picada Libertad reactivó el año pasado un secadero de yerba mate, actividad que abandonó durante ocho años y a la que volvió para aprovechar el buen momento del sector yerbatero.