Tiempos difíciles fueron pasando desde la pandemia de COVID-19 donde todos tienen un conocido o ser querido afectado o fallecido por el virus. Sin embargo, más allá de las miserias humanas que quedan a la vista de quienes están lejos de colaborar y hasta han burlado el esquema de vacunación con tal de “salvarse”, hay una enorme mayoría de argentinos “contagiados” por la solidaridad.
Es parte de una cultura que se fortalece entre quienes tienen asimilado ese valor. Es difícil de imponer a quien no siente necesidad de ayudar a los demás porque solamente está interesado en su situación personal o el de su círculo más íntimo.
Donaciones, contención emocional, hasta una oración o plegaria por los que padecen el coronavirus y sus familiares son moneda corriente a lo largo y ancho del país. La solidaridad se practica según las posibilidades que cada persona tiene de manifestarla. Aunque se crea que es una “pequeña” muestra, genera enorme apoyo a quien la recibe.
En nuestra zona fronteriza con Paraguay, incluso, se ha conocido el gesto de Misiones de enviar varios palets con barbijos, medicamentos y otros insumos básicos que escasean en Itapúa, zona sumergida en el contagio y la falta de camas para atender a todos los que demandan atención.
Entre vecinos -incluso entre personas que ni se conocen personalmente- fluye la solidaridad. Muchas veces quienes menos tienen, suelen ser los más despojados de mezquindades.
En esa solidaridad para los tiempos sanitarios difíciles, tendremos los misioneros que saber diferenciar del que se convierte en solidario por intereses proselitistas, de aquel que lo es siempre. Particularmente durante los próximos seis a siete meses, hasta que transcurran las tres elecciones legislativas que tendremos por delante.
Será la manera de conocer a las personas realmente solidarias, de las interesadamente convertidas en tales.
Ayudar desinteresadamente es parte de las satisfacciones que un buen ser humano percibe. Sin esperar nada a cambio ni echar en cara la acción. Por más “contagiados” de solidaridad en momentos tan duros como los actuales.