Productores del norte de Corrientes como de Misiones salieron al cruce de la Federación Argentina de la Industria Maderera y afines (FAIMA) respecto a la disponibilidad de materia prima para abastecer el mercado interno.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, sostuvieron que en ambas provincias hay disponibilidad de madera, pero reclamaron a los industriales un mejor precio que “valore el largo esfuerzo que debemos hacer, durante años, para que valga la pena seguir en la actividad”.
“La industria viene creciendo en nuestra zona, pero no queremos que sea a costa de nuestro trabajo sino que el crecimiento sea mutuo”, indicó un productor del Alto Paraná misionero, que cuestionó a las entidades que supuestamente los representan, por no expresarse tras los dichos de Román Queiroz, titular de FAIMA.
Por los bajos precios que se pagan en el país, muchos de los productores decidieron entregar su madera a empresas que la exportan. En los últimos tiempos, los valores en dólares que pagan para llevarla fuera de Argentina es una cifra cercana a lo que los plantadores pretenden.
“Materia prima tenemos para responder a la demanda. Ahora, si se coloca más madera afuera del país, es porque los chinos se la están llevando y, gracias a esa demanda, los precios subieron un poco más. Los valores no son los óptimos pero se acercan al promedio internacional medidos en dólares, todo productor quiere un precio justo por el largo esfuerzo de años que significa nuestra actividad”, sostuvo Francisco José Wipplinger, uno de los productores más importantes en el norte de Corrientes.
“Pero en Argentina, el productor sigue quedando como el más perjudicado en la cadena de comercialización. Mientras que los intermediarios se llevan la mejor parte en las transacciones. Debería ser al revés, porque el riesgo lo asumen los forestadores”, sostuvo Wipplinger.
La pastera para Ituzaingó
Desde hace unos años, una pastera extranjera viene realizando estudios y trámites en Corrientes para instalarse entre Ituzaingó y Villa Olivares.
La vecina provincia le proveerá terrenos para que hagan la inversión que puede producir 500.000 toneladas de pasta de celulosa por año. Sin embargo, con la pandemia de COVID, no se mostraron avances. Por el momento, el gobierno de Gustavo Valdés no informó de fechas para la puesta en marcha.
Pero, de comenzar a operar en la zona, demandará una importante cantidad de madera de ambas provincias.
Mucho riesgo, bajos precios
El común denominador que contaron este Diario, tiene que ver no sólo con la inversión a largo plazo que realizan en la actividad forestal, sino también de otros factores de riesgo que inciden.
Uno de ellos, que los puede dejar sin nada, son los constantes incendios forestales que impactan negativamente a decenas de productores, en especial del norte correntino.
“Por más emergencia que se dicte, es mucho el dinero que se pierde y no se recupera. Sin contar el tiempo que demanda volver a tener árboles nuevamente para la venta de su madera. Son muchos años que hay que esperar pacientemente a que se desarrolle y nos dé una oportunidad de venderlo, para recuperar lo invertido”, indicó otro productor de la zona de Gobernador Virasoro.
Las fuentes consultadas sostuvieron que la peor medida que podría tomar el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, sería cortar las exportaciones y obligar a entregar la madera a la industria nacional, sin intervenir en una mejora de precios.
“¿Dónde están los que supuestamente nos defienden? ¿También le fueron a mostrar a Kulfas que la realidad es otra y por qué muchos productores destinan la madera a la venta fuera del país? A veces muchas asociaciones están más del lado de la industria que de los productores que ponen mucho esfuerzo y arriesgan capital sin ser retribuidos como corresponde”, sostuvo otro de los consultados.