La iniciativa a través de Change.Org por los Derechos Humanos para reunir a familias que están divididas por las fronteras cerradas no tuvo el impacto esperado en las autoridades de Cancillería y mientras tanto, cientos de personas siguen separadas.
En esa situación se encuentra la médica Marlene Cecilia Hadad, quien es posadeña y vivió en la capital provincial hasta que se fue a estudiar medicina en Encarnación. En Paraguay formó familia con otro médico argentino y nacionalizado allá y desde 2009 viven en Itaguá, a 20 kilómetros de Asunción, Paraguay.
“El 3 marzo de 2020 fue la última vez que pude ver a mi familia y en ese entonces estaba embarazada de 16 semanas; les había llevado la noticia que iba a nacer el primer nietito de mi mamá y días después, por causa de la cuarentena obligatoria y el cierre de las fronteras no nos volvimos a ver y ella aún no pudo conocer a mi hijo, ya tiene casi 70 años”, contó con pesar.
En su relato, Hadad había reseñado que una vez culminados sus estudios universitarios se mudó a la zona metropolitana de Asunción para concluir la especialidad pediátrica. Formó familia y volvía a la Argentina cada mes para visitar a su gente en la capital misionera. Sus padres y un hermano viven en Posadas.
“Queremos medianamente que nos permitan gestionar un permiso de visita por revinculación con familiares, principalmente porque tuve un bebé que todavía no pudo estar en brazos de su abuela”, clamó la joven médica.
“De parte de mi hermano también soy tía y tampoco he podido conocer a mi sobrina recién nacida. Es decir que hay dos primitos de ambas partes y ninguno nos hemos podido conocer lo cual nos angustia muchísimo”, remarcó.
“No es lo mismo”
Si bien, contó Marlene que mediante la tecnología pueden realizar videollamadas para ellos no es lo mismo que un contacto cara a cara. “Antes de la pandemia nos veíamos si o si dos veces al mes, nosotros íbamos y ellos venían y ahora ya estamos hace un año con esta imposibilidad de contacto”, refirió.
“Nos da esperanza que mis padres ya están vacunados y nosotros por ser personal de salud también vamos a recibir la vacuna esta semana, es decir que los riesgos disminuyen en todo sentido”, apuntó la médica pediatra.
“Lo que pido es que le dejen entrar y salir a ella del Paraguay por vía terrestre es decir por el centro de frontera de Posadas-Encarnación con un permiso de circulación y protocolo, ya que nosotros no vislumbramos ninguna esperanza ni a futuro porque cada vez está peor la frontera”, lamentó.
El caso de la familia de Camila Urquiza de Villalba es similar, pero ellos viven en Argentina y no pudieron volver a ver a su gente del otro lado. También nacieron nuevos integrantes en el seno familiar a quienes no pudieron conocer. “Clamamos a las autoridades que revisen nuestros casos y tomen medidas para que podamos vincularnos, estamos dispuestos a cumplir lo que pidan con tal de vernos”, contó la mujer.
Para ella como para tantos otros que se encuentran en una situación parecida hace falta “voluntad política” para permitir la revinculación familiar mediante un certificado y en el marco del cumplimiento de un protocolo.