Un grupo de mujeres se solidarizó con la joven Micaela Staggemeier, quien denunció a su expareja por violencia de género en Eldorado. “Nos tocan a una, nos tocan a todas”, decían los carteles que llevaron para acompañar a la víctima hasta la sede del Juzgado de Familia donde debían darle un botón antipánico.
Sin embargo, según reveló el sitio Norte Misionero, no le pudieron bajar el sistema operativo ya que solo funciona con celulares que tengan Android y la joven tiene un Iphone.
El agresor fue detenido tras conocerse el caso de violencia física contra Micaela.
A la salida de la sede judicial, Staggemeier dijo a Canal 9 Eldorado que hay un compromiso de ponerle una custodia si su expareja queda libre, ya que el delito es excarcelable.
El Juzgado de Familia de Eldorado le prohibió al agresor acercarse a la mujer en un radio de 300 metros y la suspensión de cualquier otro tipo de contacto bajo el apercibimiento de ser acusado por desobediencia judicial. Dicha restricción tendrá una duración de un año.
“Si sale libre me van a avisar para ponerme custodia”, manifestó antes de mostrarse muy nerviosa y conmovida por lo vivido. “Solo pido justicia“, sostuvo y se preguntó: “¿Qué tiene que pasar? Tiene que matarme para que este preso?”.
Contó también que el agresor no solo era violento con ella sino con su propia familia: “Él no respeta a las mujeres, ni a su propia madre. En varias ocasiones amenazó a su familia de quemarle la casa por alguna cuestión”.
Ante la pregunta si piensa irse nuevamente de Eldorado por el temor a que el acusado quede liberado, dijo: “No tengo que irme a ningún lado, quiero estar con mi familia”.
Una salida terminó en violencia
El pasado sábado “él pasó a buscarme con sus amigos y tras dejarlas a mis amigas en sus casas, yo iba a ir a su casa (de barrio El Porvenir), pero allí comenzaron a sacar temas del pasado y que a mí me lastimaron y ellos lo tomaban como burla”, contó Micaela.
Ante la situación, la joven desistió de seguir camino y se bajó del auto. Sin embargo, contó que no pudo abordar un remís porque comenzaron las agresiones verbales y, luego, físicas. “Me agarró del cuello, del cabello, me revoleó por el aire como si fuera un juguete y cuando me suelta, voy para la remisería, pero no vi a ningún remisero y lo único que quería era irme”, reveló Micaela.
Dijo que un amigo de su pareja, que había visto toda la situación así como también el hermano del muchacho, le dijeron que se suba al auto para llevarla a su casa. Pero también ingresó el agresor que, una vez adentro, “me pegaba por la cara, me pegó unas 15 o 20 veces y me decía que me calle”.
“Fue una situación horrible, no paraba de golpearme”, expresó la joven a Canal 9 Eldorado.