El domingo 23 de febrero de 1958, un comando del Movimiento 26 de Julio secuestró al piloto de Fórmula 1 argentino Juan Manuel Fangio, quien llegaba a La Habana para disputar el Gran Premio de Cuba.
-Disculpe, Juan -escuchó el piloto de Balcarce-, me va a tener que acompañar…
La escena se produjo en el hall del Hotel Lincoln de la capital cubana, cuando un militante guerrillero interrumpió la charla que el quíntuple campeón mundial sostenía con sus mecánicos.
Ayudado de una pistola calibre 45, el revolucionario lo obligó a que lo siguiera hasta la calle, donde los esperaba un automóvil.
Se trataba de una acción destinada a desprestigiar al dictador Fulgencio Batista que intentaba mostrar a Cuba como un país en orden y paz.
El corredor permaneció cautivo en una casa del barrio del Vedado y 26 horas más tarde fue entregado a funcionarios argentinos en la casa del agregado militar de ese país en Cuba, que era nada menos que el contra almirante Raúl Lynch, primo del padre del “Che” Guevara.
De este suceso se hicieron algunas publicaciones con diversas interpretaciones, y hasta una película. “Operación Fangio”, estrenada hace 19 años, que fue dirigida por Alberto Lecchi y protagonizada por Darío
Grandinetti, en el papel del piloto.
Fangio no había sido liberado aún cuando le informaron que la carrera había sido suspendida por un accidente.
-Fangio, usted será nuestro invitado de honor cuando triunfe la Revolución, se despidieron los secuestradores.
Cuando el corredor regresó a la isla en 1981, el entonces presidente Fidel Castro le pidió disculpas.