En estas últimas décadas que nos tocó vivir no quedan dudas que la información que busquemos está disponible en Internet, con sólo apretar un botón podemos tener conocimiento de lo que nos interese, podemos estudiar carreras online, ver tutoriales que nos explican lo que necesitamos saber, hacer especializaciones, etc.
No podemos negar que el que quiere saber tiene de dónde hacerlo, oportunidades sobran, sin embargo a pesar de toda la información y sabiduría nunca podremos conocer todo. Esto de estar tan informados hace que pensemos que todo se puede saber y solucionar, sin embargo hay misterios que nunca sabremos como por ejemplo, la vida y la muerte.
Podemos ver cómo algunas personas -teniendo todas las oportunidades de vivir-, mueren aún estando súper bien atendidos, con una medicina excelente y otros a veces sin intervención sobreviven. Es como si hubiera algo o alguien que maneja la vida y nosotros sólo podemos rendirnos a esto y aceptar que ahí por más títulos que tengamos ¡no podemos hacer nada!
Pareciera obvio hablar de la vida y la muerte es como si supiésemos eso, que toda persona que nace va a morir porque así es, sin embargo es algo de lo que pocos son conscientes. Si tuviéramos conciencia de nuestra finitud habría menos codicia, pensaríamos menos en tener y más en servir.
Por más conocimiento que tengamos tenemos que aceptar nuestra propia ignorancia, llega un punto en la vida que no sabemos qué sucederá en los próximos segundos, esa es la verdad. Y cuando podemos ver eso aparece la humildad de reconocer que somos un instante, un suspiro, nada permanece para siempre, inclusive nosotros.
Pareciera poco optimista mi mirada pero no quiero en quedarme en el drama o lo negativo sino que quiero llegar a que nos demos cuenta que recocer eso nos libera.
Cualquier cosa que en este momento nos esté angustiando no es importante, va a pasar como la vida de todos.
Hoy podemos mirar nuestra vida, ¿cómo vivimos? ¿Vemos esa parte de nuestra propia ignorancia? O ¿nos hemos creído que sabíamos todo? ¿Somos conscientes que todo pasa? o nos hundimos en los problemas diarios y dejamos de disfrutar el momento?
Preguntas para reflexionar y contestarse siempre con mucho cariño.
Recordemos a Sócrates que dijo: “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”. Que DIOS los bendiga.