La Justicia imputó ayer a los cinco sospechosos de integrar la banda de “El Mago” (61) por “asociación ilícita en concurso real y estafas”.
Fue en el marco de las audiencias indagatorias que se llevaron a cabo en el Juzgado de Instrucción 7 de la capital provincial, a cargo del magistrado Miguel Mattos.
En la oportunidad, y tras ser notificados del motivo de su detención, declararon ante el juez dos de los acusados, en tanto que tres de ellos optaron por abstenerse, entre ellos el presunto líder o jefe de la citada organización delictiva.
El “elenco” de “El Mago” se encuentra tras las rejas desde el pasado miércoles 3 de febrero.
El último “truco” que se develó y por el cual cayó el presunto cabecilla fue un hecho de estafa denunciado en el barrio San Isidro. Vecinos argumentaron que les prometió automóviles en depósito judicial a bajo costo y por lo que llegó a cobrar adelantos que van desde los 17 mil hasta los 150 mil pesos.
Entre sus aparentes colaboradores se encuentran detenidos un supuesto mecánico, un presunto gestor (dueño del remate judicial que manifestaban tener acceso para vender los vehículos baratos) y “El Mayordomo”, este último prácticamente mano derecha del sindicado líder de la gavilla.
Se cree que estos tres eran sus hombres más cercanos y resta dar con el rol que ocupaban los otros dos presuntos cómplices, añadieron las fuentes.
Uno se desligó y otro admitió rol
De acuerdo a las fuentes, los únicos dos detenidos que declararon ayer ante el juez Mattos durante la indagatoria fueron “El Mecánico” y “El Mayordomo”.
El primero se habría desligado de las acusaciones, en tanto que el segundo habría admitido ser la persona que “presentó en sociedad” a “El Mago”, es decir el que hizo de nexo con las víctimas del barrio San Isidro (en su mayoría amas de casa y comerciantes), además de ser quien al parecer hacía las veces de chofer del supuesto cabecilla, trasladándolo de un lugar a otro, indicaron las fuentes.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, “El Mago” lleva más de tres décadas involucrado en ilícitos e incluso fue condenado en cuatro oportunidades. Esta situación lo llevó a conocer las unidades penitenciarias de Oberá, localidad en donde vivió la mayor parte de su vida (nació en San Pedro), la de Eldorado, en Posadas y hasta la cárcel de Cerro Azul.
Sus modalidades de fraude y estafa son múltiples y sólo en la década pasada se lo vinculó a 20 causas y desde 2001 que fue condenado por primera vez, suma hasta la fecha cuatro condenas firmes.
El pasado miércoles 4 de noviembre recuperó la libertad porque se le había vencido el plazo de la prisión preventiva y el delito que se le imputaba permitía la excarcelación. En sus maniobras fraudulentas cayeron numerosas personas, entre ellas políticos, médicos, empresarios y hasta los presos con los que compartió celda.
Su especialidad es cobrar dinero por adelantado de algo que nunca va a entregar, ya sean automóviles o viviendas.
Hasta llegó a ser denunciado en Paraguay en 2017 por un intento de estafa cuando simuló que iba a comprar una empresa de transporte de caudales. Antes de ser detenido se lo vinculó al robo a la cooperadora de una escuela rural de Wanda. Presuntamente era el representante de una pequeña empresa de cobro de servicios especializados de educación.