Preocupa en los últimos días la elección que hizo Yacyretá, donde primó lo hidrológico sobre lo biológico. Vecinos de la zona de la reserva El Zaimán mostraron su inquietud por la que denominan “drástica” limpieza que se está realizando en una parte de la cuenca de este arroyo. En dicho lugar vivían muchos animales y aves que, por el paso de unas máquinas, ahora no están ante la pérdida de su hábitat.
Toda esta situación se observó desde hace varios días y radicó en que en ese espacio, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) se instaló con sus grandes máquinas y dragas, y empezó a hacer limpieza del río Paraná. Una acción que debió realizarse hace muchos años, cuando se formó el embalse y antes que se formara un ecosistema propio.
Residentes de los barrios cercanos, docentes y referentes ambientales admitieron que “hay un impacto en el ecosistema” visible.
Señalaron a PRIMERA EDICIÓN que “había un montón de animales y aves en esa zona, que se habían instalado pero, con esta limpieza que están haciendo, arrasaron con todo el lugar”.
Deslizaron que “sacaron los camalotes donde estaban los nidos de las aves y también habían carpinchos viviendo ahí”.
A su vez, detallaron y lamentaron que “una draga raspó el fondo del arroyo donde estaban los nidos de los lobitos de río. No quedó nada”.
Los vecinos agregaron que “sabemos que se tenía que limpiar el lugar, pero creemos que fue todo muy drástico”.
La parte baja del arroyo El Zaimán se caracteriza por estar “tapizada” por los camalotes.
Ante lo ocurrido en esa parte y con los animales que habitan en esos espacios, los ambientalistas expusieron a este Diario que “la remoción de los camalotes le genera un impacto a la fauna asociada; como por ejemplo a las aves que utilizan esa zona para alimentarse y los peces que usan como hábitat también para alimentarse y, algunas especies que depositan sus huevos pegados a los camalotes. Es decir que hay una serie de condiciones biológicas óptimas para la fauna”.Adicionaron que “el impacto sobre el ecosistema está a la vista”.
Quienes se dedican al área ambiental apuntaron que “una medida drástica como lo está haciendo la EBY con estas máquinas -más que nada- tiene una finalidad hidrológica más que biológica porque se beneficia esa parte y se lleva puesto lo biológico. Quizás se registren beneficios, pero también hay pérdidas de hábitat”.
En este caso para la entidad -al parecer- lo más importante era devolver el flujo de agua al lugar y dejar de lado el impacto en la fauna, sin pensar en los animales que habitaban en esos espacios.
En consecuencia, se esperanzaron en que “quizás estos animales (que habitaban en ese lugar) encontraron refugio en la zona de reserva, es decir la que está entre Cabo de Hornos y el Tacurú”.
“Los animales quizás pudieron haberse desplazado para ese espacio; por lo cual no habría riesgo de que se registre mucha mortalidad”, ante el daño generado por el paso de las maquinarias contratadas por la EBY.