¿Qué tan rápido apretas el gatillo de tu lengua y apuntas con tu índice? Acaso no te diste cuenta que cuando señalas apuntando ¿los otros dedos te apuntan a vos? ¿Acaso no pensaste que cuando ves y expresas tu juicio eso primero pasa por vos?
¿No sentís la pesadez de la nube negra en la cual envuelves al otro con tus pensamientos?, ¿no sentís el dolor del otro cuando se siente señalado?
¿Qué tanto de tuyo hay en el comentario hacia el otro?, ¿qué tanto de envidia hacia los logros o la sonrisa del otro hay en tus comentarios? Con el tiempo, de tanto acostumbrarnos a ver lo malo lo vamos creando en nosotros, ¡el que cree crea!
Si tan sólo nos diéramos una oportunidad. Una oportunidad para equivocarnos, para no ser perfectos, para sentir y percibir el entorno, para ser empáticos. Si tan sólo pudiéramos comenzar a incluir al otro respetándolo en su diferencia sin sentirnos amenazados por lo diferente, quizás si miráramos un poco más hacia la naturaleza podríamos aprender lo hermoso de la diversidad donde pueden convivir todos los colores, todas las criaturas, todos los aromas. Podríamos darnos cuenta que hay lugar para todos y cada uno de nosotros, que la vida es para vivir y experimentar tanto lo bueno como lo malo, lo que nos gusta y lo que nos disgusta, que todo y todos formamos parte, que hay un tiempo y razón para cada cosa, que todos podemos elegir: ¡¿Cómo, cuándo y dónde?!
Lo único importante es el aprendizaje y la calidad de amor que somos capaces de dar.
Si te gustan los animales está bien, si no te gustan también está bien. Si querés comer carne y jugar al fútbol nadie puede decir que sea mejor que meditar y ser vegano. Lo único que no se negocia es la calidad de nuestros actos, las intenciones y el amor que ponemos en cada situación.
Así las incongruencias se irán acortando si no todo lo juzgamos, todo lo medimos, todo lo pasamos por la mente y no aceptamos la diferencia.
Ahora, seas lo que seas, vivas donde vivas, hagas lo que hagas, si sos amable con el otro, si respetás, si integrás su diferencia, quizás de a poco podamos comenzar a caminar hacia una nueva conciencia. Todos juntos desde el lugar donde nos encontremos.
No hay más o menos conciencia
¡No existe más o menos niveles de despertar
¡Existe más o menos vida!
¿Dónde estamos, a favor o en contra?
Deja que el otro sea y se tú mismo sin molestar.
Todos formamos parte. Cada uno está en su propio proceso, no mires y apuntes tan rápido tu gatillo, tu lengua, tu pensamiento, tu conclusión hacia el otro. Todavía está en este planeta como vos.
Tratemos todos de hacer de este mundo un lugar mejor.