Es el ídolo deportivo de la localidad. No quedan dudas. Aunque pasaron doce años desde que partió hacia Buenos Aires, Néstor Breitenbruch (25) sigue siendo el mismo y mantiene la humildad de siempre, más allá de que hoy los vecinos le piden fotos y hasta algún autógrafo. Y sobre todo, más allá de los logros que obtuvo en estos últimos años.
Es que desde el último sábado, Néstor es el único misionero que ganó dos veces la Copa Sudamericana. La última fue con Defensa y Justicia. ¿La primera? En 2017, con Independiente de Avellaneda. Todo en tres años. No lo hubiese imaginado ni en el mejor de sus sueños.
“Nunca pensé que me iba tocar vivir algo así. Darle una alegría a la gente de Florencio Varela, que sufre muchas necesidades, fue como tocar el cielo con las manos”, contó ayer el defensor desde Leandro N. Alem, su lugar en el mundo, al que llegó hace pocas horas y del que partirá nuevamente hoy para volver a las prácticas.
Antes del regreso a Buenos Aires, Breitenbruch le contó a EL DEPOR cómo fue ganar esta segunda Sudamericana y lo que significó para él y para el Halcón.
Néstor, ¿cómo se siente ganar dos veces la Copa Sudamericana?
Es un orgullo enorme ganar dos veces ese título. Independiente es un club grande y pelea todo el tiempo cosas importantes, pero ganar con Defensa fue increíble. Las dos tuvieron su lado especial, pero esta última quizás se valora más porque fue con Defensa, un club en crecimiento. Es un logro enorme.
Tu nombre ya quedó en la historia del club…
Es increíble. Mirá, a mí me había tocado jugar el partido contra Aldosivi, una semana antes, en Arsenal. Y ahí me di cuenta de que eso podía ser así. Arsenal ganó la Sudamericana 2007, entonces vos entrás al club y por los pasillos tenés fotos de los jugadores con la copa, con la medalla, fotos del equipo, del que hizo el gol, de este, del otro… Y eso es algo muy lindo.
El recibimiento de los hinchas de Defensa fue increíble…
Fue algo tremendo. En Varela hay mucha gente necesitada y darle esta alegría es tocar el cielo con las manos. Sobre el recibimiento, lo esperábamos, pero nos sorprendió la magnitud. Desde el aeropuerto hasta el centro nos cruzamos con un montón de casas con la bandera del club, gente muy emocionada, arrodillada, llorando. Recién ahí tomé magnitud de lo que se logró, porque adentro, en el día a día, es como que te vas acostumbrando…
La final fue 3-0 sobre Lanús, ¿imaginabas tanta diferencia?
Imaginaba un partido más cerrado, de ida y vuelta, porque Lanús tiene jugadores de jerarquía, pero creo que dominamos de principio a fin.
¿Qué pasó en Chile, en las semis contra Coquimbo? ¿Hubo algo más allá del fútbol?
(N. de R.: el partido de ida se suspendió por supuestos casos de coronavirus en el plantel de Defensa) No sé si fue eso o qué, pero se manoseó mucho la información. Más que nada, fue un tema de las autoridades de allá. Dijeron que hubo tres casos positivos cuando entramos a Chile, pero nos avisaron por teléfono y eso nunca se confirmó. Además, las dos contrapruebas dieron negativo. Y el partido se suspendió porque las autoridades no nos dejaban salir del hotel.
¿Cómo es convivir con Hernán Crespo, ídolo de la Selección?
Es una gran persona, sabe mucho de fútbol y es muy humilde. Y es muy abierto a contar sus experiencias y anécdotas. Yo particularmente le pregunté por Riquelme, y me habló muy bien de Román.
¿Es cierto que te pusieron un apodo particular en el plantel?
Sí (se ríe)… Me dicen “Soldado”… Sucede que yo venía de jugar cinco o seis partidos seguidos y estaba destruido, vino uno de los profes y le dije que no daba más. Y él, para motivarme, me dijo que yo era un soldado del equipo… Ahí empezamos a reírnos entre todos… Y el apodo quedó.
¿Cómo te recibió Alem?
La gente siempre me muestra su cariño. Ahora volví por un par de días a estar con mis viejos, Carlos y María. Y acá siempre me saludan, a veces me paran y me felicitan o me piden una foto. Me gusta venir, me dan mucha energía positiva.
¿Qué es lo que más extrañás?
Todo. Soy misionero de sangre y me encanta venir a mi provincia, a Alem, ir a Posadas. Cada vez que tengo un tiempo, me vengo a pasar acá. Me gusta mucho recorrer la provincia, es una debilidad. Lo que más extraño es el ritmo de vida, pasar un fin de semana con mis amigos o mi familia en el río, cosas así. Por eso, le dedico esta Copa Sudamericana a todo Misiones. Y a los chicos de acá les digo que persigan sus sueños, que el único camino es trabajando y entrenando.
Cuando jugabas en Atlético Iguazú de Alem.. ¿imaginabas todo esto?
Era algo impensado. Todo esto es algo increíble. Cuando me fui de Alem nunca imaginé siquiera que iba a jugar en Primera, tenía el sueño pero sabía que era difícil. Siempre me enfoqué en entrenar y crecer, y las cosas se fueron dando. Lo que vino después, las dos Sudamericanas, nunca pensé que me iba a tocar vivir algo así.
¿Qué soñás para el futuro?
Me gustaría jugar en la Selección. Y también ganar una Copa Libertadores. Ahora estamos clasificados con Defensa, ojalá se dé, tenemos un gran plantel y todo puede pasar en el fútbol.
Y, por qué no, que llegue la tercera Copa Sudamericana…
Ojalá, Dios quiera que venga la tercera. Y que sea cuanto antes (se ríe).