Luego de una intensa búsqueda de parte de las fuerzas de seguridad, esta mañana fueron hallados los cuerpos de tres hermanos en el río Paraná. En la víspera se habían arrojado a las aguas para refrescarse y no volvieron a salir. Tenían 8, 10 y 13 años.
Los habían visto por última vez en una zona conocida como la bajada de Picada Cárdenas, del municipio de Wanda. El domingo alrededor de las 17, los menores domiciliados en el barrio San José Obrero habían llegado a la costa para mitigar el calor y en busca de un rato de esparcimiento, cuando de repente desaparecieron de la superficie.
Esto fue observado por un joven de 25 años que se encontraba en la zona y quien intentó ayudarlos. Rápidamente se dirigió a dar aviso a la policía. Efectivos de la comisaría local alertaron a su vez a las autoridades de Prefectura Naval, quienes con una lancha y la actuación de buzos tácticos comenzaron a rastrillar el curso de agua mientras los policías hacían lo propio desde la costa.
La búsqueda de los menores se extendió hasta que la luz diurna lo permitió y este lunes a primera hora retomaron la tarea. El padre de los niños, un hombre de 55 años se había sumado a las tareas.
Finalmente alrededor de las 9, a unos 500 del destacamento de Prefectura los cuerpos fueron hallados y retirados del agua. Los niños formaban parte de una familia compuesta por tres hermanas y otros dos varones, todos mayores que ellos.
Los cadáveres fueron revisados por el médico policial, quien no constató signos de violencia y diagnosticó asfixia por inmersión. Se presume que al verse en problemas para mantenerse a flote, intentaron ayudarse mutuamente pero finalmente perecieron.
Intervino el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, desde donde se dispuso que los cuerpos sean entregados a la familia para su posterior inhumación.
El gabinete interdisciplinario de la policía brindó acompañamiento y contención a los familiares para que pudieran atravesar la difícil situación.