Pasó casi un año desde que el mundo empezó a estar en alerta ante lo que sucedía en la ciudad china de Wuhan, donde las autoridades se vieron obligadas a imponer un estricto confinamiento por la propagación de un virus altamente contagioso.
365 días después, y de acuerdo a datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el coronavirus provocó -hasta este viernes 1 de enero- cerca de 82 millones de infectados y 1,8 muertos en todo el mundo.
En estos 12 meses gran parte de la comunidad internacional aplicó fuertes restricciones para contener el avance del virus. Sin embargo, más allá de las cuarentenas, distanciamiento social y otras medidas de prevención, cada nación hizo frente a la pandemia en base a sus propias capacidades y recursos.
En un artículo publicado este lunes en el diario The Wall Street Journal, el doctor Tom Frieden, quien dirigió los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) entre 2009 a 2017, sostuvo que el éxito en la respuesta al COVID-19 “dependió de algo más” que de la riqueza de un país, o incluso de sus capacidades científicas y en materia de salud pública.
Al respecto, puso como ejemplo el caso de Estados Unidos que, pese a ser la mayor potencia mundial, según el especialista no tuvo un correcto manejo de la pandemia. Es, de hecho, el país más afectado por el COVID-19, con más de 20 millones de casos, lo que supone casi el 24% del total de contagiados en el mundo, según la Universidad Johns Hopkins. También registra el balance más elevado de muertos, con 346.000.
Frieden consideró que Estados Unidos, pese a contar con todas esas ventajas (riqueza, capacidad científica y salud pública avanzada), “ha montado una de las peores respuestas a la pandemia” y como consecuencia “1 de cada 990 estadounidenses ha muerto a causa del COVID-19 desde que comenzó la pandemia”.
De esta manera, en su artículo titulado “¿Qué países han respondido mejor al COVID-19?” Frieden hizo un balance de las naciones que mejor actuaron ante la pandemia, en términos de “estrategias de testeos, aplicación de cuarentenas, comunicación pública y apoyo económico”:
Taiwán, el país con la respuesta temprana más exitosa
Cuando la ciudad china de Wuhan comenzó a registrar decenas de casos diarios de una “misteriosa neumonía”, las autoridades taiwanesas rápidamente suspendieron los vuelos provenientes de gran parte de China.
A los viajeros de otras zonas los puso en estricta cuarentena, detuvo los cruces que atracaban en sus puertos, y desplegó un amplio operativo de testeos. Asimismo, cuadruplicó la producción de mascarillas en apenas un mes.
Desde la detección de los primeros casos, el gobierno taiwanés centró sus esfuerzos en brindar apoyo a los pacientes con COVID-19, incluso a aquellas personas con las que habían estado en contacto para garantizar el cumplimiento de las recomendaciones sanitarias. Los afectados por el virus también recibieron respaldo económico.
Este paquete de medidas tempranas “fueron fundamentales para que Taiwán mantuviera el número de casos por debajo de 800 durante todo el año, evitando al mismo tiempo los cierres estrictos”.
Hasta hoy, el país asiático reporta una muerte por coronavirus por cada 3.366.140 personas. Para dimensionar el éxito de Taiwán en su lucha contra la pandemia, Frieden recordó que Estados Unidos ahora tiene más casos y muertes cada 5 minutos que lo que tuvo Taiwán en todo el año.
Liberia, el que más aprendió de las recientes epidemias
El país, ubicado al oeste de África, fue duramente golpeado por la epidemia del Ébola en 2014, provocando más de 10.000 contagiados y cerca de 5.000 muertos. Aprovechando esa reciente experiencia, cuando comenzó la propagación del coronavirus fue uno de los primeros países en comenzar a realizar pruebas de detección de COVID-19 en los aeropuertos.
También adoptó con rapidez distintas medidas de control, como pruebas rápidas, rastreo de contactos estrechos y aplicación de cuarentena. Hasta la fecha, el país registra una muerte por cada 55.040 personas, al reportar poco más de 1.700 casos y 83 fallecidos.
Nueva Zelanda, el más eficaz a la hora de aplanar la curva de contagios
El gobierno de la primera ministra Jacinda Ardern fue uno de los más elogiados a nivel mundial por su manejo de la pandemia. En un principio, las autoridades temieron que la propagación comunitaria del virus provocara un colapso del sistema sanitario. Sin embargo, el país actuó con rapidez para contener el avance del COVID-19, mientras el brote hacía estragos en otras partes del mundo.
Frieden reconoce que, al igual que Taiwán, Nueva Zelanda es una isla, “lo que hace mucho más fácil hacer cumplir las prohibiciones de viaje”.
Ya en febrero, cuando el foco de la comunidad internacional estaba puesto sobre China, Nueva Zelanda comenzó a desarrollar su plan contra la gripe pandémica. Las autoridades consideraron vital empezar a equipar los hospitales, además de establecer políticas de control fronterizo.
Uno de los principales problemas que sufría a comienzos de año el país era la falta de suficiente capacidad de testeos y de localización de contactos. Por eso, los funcionarios locales aplicaron un bloqueo nacional a finales de marzo con el objetivo de eliminar por completo la presencia del COVID-19 en el país.
En junio las autoridades declararon el fin de la pandemia en Nueva Zelandia, país que registró una de las tasas de mortalidad más bajas de las 37 naciones de la OCDE. Según comentó Frieden, “los casos posteriores fueron todos de viajeros internacionales, que se mantuvieron aislados durante dos semanas después de su llegada, y no de propagación comunitaria”.
Para el ex director de los CDC de Estados Unidos, Ardern fue “un ejemplo de comunicación empática y clara”, lo que aumentó enormemente la disposición de los neozelandeses a cooperar y fue esencial para el éxito del país contra el coronavirus. Esto la llevó, entre otros factores, a conseguir la reelección en las elecciones de octubre.
De cara al primer trimestre de 2021, Nueva Zelanda espera poder abrir una “burbuja” con Australia, que facilitará los viajes entre los dos países a pesar de la pandemia. Con 2162 infectados y 25 muertos por coronavirus, el país oceánico registra un deceso por COVID-19 cada 204.360 personas.
Samoa Americana, el mejor desempeño en Estados Unidos
Este es, hasta el momento, el único territorio norteamericano en el que no se han registrado casos de COVID-19. En parte, enseña Frieden, “porque las autoridades sanitarias ya estaban en alerta máxima tras un brote de sarampión a finales de 2019”.
Con el objetivo de evitar la propagación del virus en una etapa temprana, las autoridades detuvieron todos los vuelos internacionales que llegaban al pequeño territorio de 55.000 habitantes.
“Como resultado de este aislamiento casi total, Samoa Americana no ha tenido que aplicar cierres generalizados, distanciamientos o pruebas. Medidas similares adoptadas hace 100 años permitieron que el territorio evitara muertes por la pandemia de gripe de 1918”.
Corea del Sur, el mejor en el manejo de testeos
Una de las grandes problemáticas que presenta el coronavirus es la existencia de infectados asintomáticos. Por eso, los especialistas han hecho especial énfasis en la importancia de los testeos. Desde el comienzo de la pandemia, Corea del Sur llevó a cabo pruebas tempranas y agresivas, realizando más del doble per cápita en comparación con otros países.
La campaña de testeos y de localización de contactos estrechos y casos asintomáticos en las primeras semanas de la pandemia ha sido tan eficaz que evitó una fuerte propagación del virus en el país sin aplicar un solo día de cuarentena. Esto, además, a pesar de su proximidad geográfica a China.
El país, que recién en noviembre empezó a ver un repunte en los casos, fue elogiado por la Organización Mundial de la Salud y hasta compartió una guía útil para otros gobiernos sobre cómo actuar frente a la pandemia.
Con más de 61.700 casos y 917 muertes, Corea del Norte registra un fallecido por coronavirus por cada 63.290 personas
Hong Kong, el que mejor aplicó la cuarentena
Aunque el país cuenta con una de las densidades poblacionales más altas del mundo, logró mantener un bajo nivel de contagios estableciendo fuertes protocolos de aislamiento obligatorios y centros de cuarentena para infectados de COVID-19 y para aquellos que estuvieron en contacto directo con ellos.
Además, a mediados de diciembre, en medio de un aumento de los casos, la jefa de Gobierno de la ciudad, Carrie Lam, anunció un nuevo paquete de ayuda contra el COVID-19 valorado en 24.000 millones de dólares hongkoneses (unos 2.500 millones de euros).
Con 8.800 infectados y 148 muertos, Hong Kong reporta un deceso por coronavirus por cada 54.810 personas.
Dinamarca, el país que brindó mayor protección económica a su población
La pandemia de coronavirus, además de haber provocado más de un millón de muertos y de haber golpeador con dureza a los sistemas sanitarios de decenas de países, afectó notablemente a la economía internacional.
Pese a esto, Dinamarca se destacó en la protección económica y social de su población. El gobierno, para evitar despidos a grandes escalas, cubrió una parte de los salarios de los empleados privados.
Además del país nórdico, Frieden también destacó los compromisos de la India, la Unión Europea y Australia, que proporcionaron ingresos adicionales a las personas de más bajos recursos. Colombia, por su parte, “hizo todo lo posible por proteger a los migrantes venezolanos más vulnerables, estableciendo refugios y centros de alimentación”.
Dinamarca, que registra 163.000 casos y 1.200 muertos por COVID-19, reporta un deceso por por cada 4.970 personas.
Finlandia, el mejor país en comunicación pública
Durante la pandemia quedó aún más reflejada la importancia de contrarrestar la desinformación. Sin embargo, fueron pocos los países que lograron combatir los llamados “fake news” y la desconfianza que éstos generan en la población. Finlandia, nación con un alto nivel de conocimiento sobre los medios de comunicación, se destacó por sobre el resto en materia de comunicación pública.
El país, según Frieden, “pudo aprovechar una iniciativa de 2014 que educaba a la gente sobre cómo contrarrestar la información falsa”. “Un proyecto finlandés se asocia con personas influyentes de los medios sociales para difundir información precisa en plataformas digitales”.
El doctor norteamericano sostuvo que Sudáfrica “también se destacó por su clara comunicación”, así como la canciller alemana Angela Merkel, quien ha pedido a los ciudadanos alemanes que den muestras de paciencia, disciplina y solidaridad. Tres aspecto que, de acuerdo a Frieden, “son esenciales para dar una respuesta eficaz a una pandemia”.
Fuente: Infobae