La noticia hizo eco en todas las ligas del interior de la Argentina. La semana pasada, la Liga Deportiva del Oeste, en Junín, anunció que el 15 de enero volverá a jugar partidos oficiales con un máximo de 100 simpatizantes por partido. Ya está el OK del municipio y se desprende la aprobación del Consejo Federal de AFA, que no se interpondría ante el acuerdo al que llegaron clubes y autoridades municipales.
Se trata de la primera liga del país en anunciar la vuelta del público a la cancha. Y la novedad sentó precedentes y abrió las puertas de las tribunas a corto plazo. ¿Qué sucederá en Misiones?
EL DEPORTIVO entrevistó a Juan Carlos Rossberg, presidente de la Federación Misionera de Fútbol (FeMiFu) y delegado provincial ante el Consejo Federal de AFA, para saber en qué situación está el fútbol misionero al respecto.
El dirigente adelantó que, en Misiones, la idea es volver a jugar en febrero. Y hay primicia: la FeMiFu pedirá también que sea con público en las tribunas. ¿Vuelve el hincha a las canchas misioneras? Todo dependerá de la situación sanitaria, obviamente, pero hacia esa dirección van las tratativas.
Juan Carlos, más allá del Regional ¿qué se sabe sobre el regreso del fútbol a Misiones?
Ya estamos hablando con algunos clubes y ligas para programar actividades el año que viene, todo sujeto a la aprobación de las autoridades municipales y provinciales. Nosotros queremos iniciar la actividad en enero, pero la realidad es que hay que programar y esperar a que se levanten las restricciones. Por ahora, la Liga Obereña ya programó el inicio de las divisiones inferiores para la última semana de febrero, mientras que la Primera arrancaría en la primera o segunda semana de marzo. Y así cada liga está armando su calendario.
¿Febrero sería entonces el mes del regreso?
Es lo que se está proponiendo. Tenemos que fijar una fecha y después esperar, es lo que nos demostró la experiencia de este año. Es preferible tener una fecha y que a último momento nos digan que no se puede, a que se habilite todo y no estemos preparados.
En Junín dieron el primer paso… ¿vuelve el público al fútbol misionero?
Vamos a pedir que nos autoricen público en las canchas, con un número limitado. Pueden ser 40, 50 u 80 personas, para que haya distanciamiento. Tiene que haber público, es posible si tenemos en cuenta otras actividades que ya están autorizadas. En una cancha, tenes un espacio amplio y al aire libre. Todavía no sabemos si nos van a autorizar o no, pero la idea es arrancar en febrero y con público reducido.
El Regional Amateur, con Guaraní y Atlético, arranca en enero… ¿existe la posibilidad de que haya público en ese torneo?
Eso está totalmente descartado. El Regional depende del Consejo Federal, que ya determinó que se va a jugar sin público. En cambio, en los torneos de liga es diferente porque, si bien el Consejo aún no autorizó, lo hará una vez que nosotros convengamos con las autoridades provinciales y municipales. Por eso, el torneo de la liga o de nuestra Federación puede ser con público, pero no así el Regional. Al menos, hasta ahora es así.
Hablando del Regional… Una vez que finalice el Torneo de Transición, ¿se jugará otro en 2021?
Hoy por hoy, por lo que se sabe, no se va a jugar el Regional 2021. Ese torneo quedaría definitivamente suspendido y se retomaría con el Regional 2022. Sucede que para clasificar equipos al Regional 2021 tienen que jugarse las ligas, que no tuvieron actividad durante este año. Por eso, lo más probable es que no haya Regional 2021. Creo que eso va a servir para que las ligas vuelvan a ordenarse y a organizar los torneos clasificatorios. Es decir que el año próximo sólo se jugaría este Regional Amateur de Transición, que tiene que terminar a mediados de marzo porque los ascendidos inmediatamente tienen que empezar a jugar en el Federal A, que tiene fecha de inicio para esa época. Después, no hay apuro en definir ascensos, porque la siguiente temporada del Federal A arrancaría en mayo o junio de 2022.
Volviendo a los torneos de liga… ¿ya se maneja un formato de juego?
Nosotros estamos pensando en torneos cortos, que sirvan como prueba piloto, torneos que duren dos meses, para hacer evaluaciones y así ir avanzando de a poco. Después, repetir ese certamen y fijar pautas. En esto, tenemos que ser sinceros: mucho tendrá que ver cómo nos comportamos. Ya lo hablamos con los presidentes de las ligas y los clubes, que entienden que, si no hacemos bien las cosas, después no podemos exigir nada. Lamentablemente se está jugando al fútbol en toda la provincia, no de manera oficial, porque hasta hay municipios que autorizaron torneos violando todas las disposiciones. Nosotros, como clubes federados, no podemos entrar en eso. Tenemos que ser ordenados.
¿Qué perdió el fútbol misionero con la pandemia?
Se perdió muchísimo en lo económico, siempre hablando del fútbol federado, de los 103 clubes afiliados a las 5 ligas en Misiones. Cada club tiene un promedio básico de 50 mil pesos por semana, entre movimiento de inferiores y mayores, indumentaria, adicionales de Policía, honorarios de arbitraje… es un movimiento importante. Y al no tener actividad, la mayoría de los clubes se vieron afectados, porque sin fútbol cae la cuota societaria, los esponsors…
¿Y los clubes están en condiciones de arrancar en febrero?
Todos los que estamos en esto decimos lo mismo. Vos tenés un costo mensual que, sin actividad, cuesta mucho cubrir. Y cuando comienza la actividad, ese costo se quintuplica, pero es más fácil conseguir los recursos, porque el socio paga la cuota, el esponsor te colabora. Por eso, la mayoría tiene ganas de empezar pero, como dije, dependerá de muchas condiciones.
La pandemia fue un golpe muy duro para los clubes…
Sí y, además, lamentablemente el 95 por ciento de los clubes misioneros no recibió la asistencia del Estado, porque todos tenían algún problema de papeles. Y en esta época, se hizo difícil completar esos documentos. Creo que también nos tiene que servir de lección. Yo sé que los dirigentes están de lunes a lunes pensando en el equipo, en el torneo, pero esto nos debe servir para aprender a estar al día ante cualquier eventualidad, para recibir ayuda si esto llega a suceder nuevamente.