Terminaba en junio de 2021. Todavía faltaban seis meses para la finalización del contrato entre Rodrigo Márquez e Independiente, pero los dirigentes del Rojo no quisieron arriesgar: el juvenil de Andresito firmó la renovación del vínculo que los une con vigencia hasta diciembre de 2022 y con una cláusula de rescisión de ¡¡15 millones de dólares!! Sin dudas, Rodrigo es la gran apuesta del Diablo.
El misionero, de 18 años, es una de las joyitas del club de Avellaneda. Forma parte de la Reserva desde 2018 y no hacen falta palabras para definir lo que sienten por él en el club, basta con mirar los ceros en la cláusula de rescisión del contrato que ya tiene la firma de Rodrigo.
“La verdad que estoy muy contento con la renovación porque eso demuestra que el club me tiene mucha confianza y mucha fe. Estoy muy feliz, contento. Ahora a meterla”, dijo Rodrigo a EL DEPORTIVO desde Avellaneda, su segunda casa.
Hace aproximadamente tres semanas que Rodrigo sabía que se iba a firmar la renovación, y se encontró con el monto de la cláusula de salida. “Fue un poquito mucho”, dijo con humildad. “Esto significa que el club me tiene fe y voy a dar lo mejor de mí para demostrar que por algo me renovaron el contrato”, remarcó.
Es cierto lo de la fe, es obvio que Independiente apuesta al pibe de Andresito: Rodrigo subió a Reserva en 2018, pero está en Independiente desde que tenía 10 años, cuando un cazatalentos lo descubrió peloteando en su Andresito natal. Desde entonces juega en el Rojo, que ahora lo blindó y el que quiera llevárselo tendrá que desembolsillar una suma más que importante. “Es una exageración”, repitió Rodrigo humilde y todavía sorprendido.
Rodrigo había firmado su primer contrato con la institución de Avellaneda allá por 2018, con la misma cláusula de salida y por tres años. Ahora, el contrato es hasta el 30 de diciembre de 2022 y con la misma apuesta de siempre.
La vuelta tras la cuarentena
Rodrigo volvió a Buenos Aires a mediados de agosto, cuando retomaron los entrenamientos con la Reserva, frenados por la pandemia de coronavirus. Un día antes de que se decrete el aislamiento social, preventivo y obligatorio, allá por marzo, el joven de 18 años se subió a un cole y se vino a Misiones, más específicamente a su Andresito natal, donde pasó la parte más estricta del aislamiento.
“Estuve cinco meses y medio en Andresito, entrenando ahí y fue muy lindo poder estar con la familia”, señaló Rodrigo que se conectaba vía Zoom con los entrenadores de la Reserva, aunque también se metió en un gimnasio y estuvo entrenando de manera particular.
Cuando comenzaron a habilitarse lentamente las actividades, Rodrigo volvió a Avellaneda y a los entrenamientos presenciales. Si bien todavía no hay competencia oficial para la Reserva, sí se organizaron alrededor de cinco amistosos de pretemporada, en los que dijo presente el misionero. Todos, buenos indicios para lo que se viene.
Con nuevo contrato firmado y a la espera del reinicio del torneo oficial de la Reserva, Rodrigo mantiene intacto su sueño. “Espero poder debutar en Primera, seguir entrenando y mejorando día a día. No tengo apuro, por ese lado estoy tranquilo. Cuando llegue el momento daré lo mejor de mí”, cerró el misionero.