A menos de un año de un crimen que ocurrió en una zona de colonias en las afueras de Andresito, la Justicia avanzó en el paso previo a que el caso se juzgue ante un Tribunal. La víctima, Francisco Eduardo Pereyra (50), había muerto a causa de un disparo de arma de fuego. Un joven de 23 años era el principal sospechoso y justamente horas después se presentó ante la policía para entregarse.
El Paraje María Soledad fue la zona donde ocurrió el asesinato el pasado 22 de febrero de 2020. El hombre murió en el pasillo de su propia casa y fueron los vecinos los que habían escuchado un disparo y llamaron a la policía. El agresor habría convivido durante mucho tiempo en la misma casa y, al parecer por una acusación infundada, decidió zanjar el problema de un tiro.
Según fuentes consultadas, Horacio Paniagua, fiscal ante el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, solicitó que el caso sea elevado a juicio oral y público, para que el imputado responda por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal”, según lo estipulado en los artículos 79 y 41 bis, en función del artículo 55 y 189 bis, inciso 2, tercer párrafo.
Martín Brites, el magistrado interviniente, analizará la presentación del representante fiscal y luego deberá definir la elevación del expediente al Tribunal Penal de Eldorado, para que el acusado de asesinar a Pereyra se siente en el banquillo de los acusados.
Según se desprendió de la investigación, los familiares de la víctima (quien también era conocido como “Kiko”) sostuvieron que el joven se había criado con ellos y en los días previos al crimen lo sindicaron como el responsable de robar un teléfono y cinco mil pesos de la vivienda. Esta situación generó un profundo rechazo en el seno familiar. Le dijeron que tenía que irse de la casa.
Cuando fue citado a declaración indagatoria se abstuvo, por lo cual de su propia voz no se pudo saber efectivamente si le disparó a Pereyra porque consideró que esa acusación era falsa o cuál fue el motivo de esa decisión.
Alrededor de las 19 horas de aquel domingo, los vecinos escucharon un disparo. Cuando salieron a ver observaron que Pereyra estaba sentado en una silla en el pasillo de su casa. Del rostro le manaba abundante sangre. Llamaron a la comisaría de Andresito y a los pocos minutos una comisión llegó al paraje y halló el cuerpo ya sin vida de la víctima.
Según las primeras pericias que se hicieron y los testimonios recabados, el hombre habría sido sorprendido por su victimario cuando descansaba. La posición del cuerpo denotaba eso: estaba con los pies subidos a otra silla.
La supuesta arma homicida, un rifle calibre 22, fue encontrada en una zona de monte frente a la vivienda.