“Cuando nuestra mente está excesivamente cargada de numerosas ideas superficiales, sin importancia, termina por perder su capacidad de concentración y de discernimiento”, nos decía la Maestra de Yoga Mataji Indra Devi en la lección de hoy, con el resultado de un cada vez mayor número de personas “que no adquieren el hábito de pensar por su cuenta, de tomar una decisión por sí mismas y de resolver los problemas”.
Así es como “se convierten en hombres y mujeres carentes de madurez emocional, incapaces de utilizar sus propios recursos internos y totalmente dependientes de lo que hacen, dicen o piensan los demás, que buscan diversiones externas, algo que les incite y quiebre la monotonía de su existencia vacía y sin contenido.”
Esta maestra de la sabiduría ancestral, como maestra de la integración que era, tenía en cuenta los avances del conocimiento científico, particularmente los relacionados con la salud.
Por eso nos recordaba que nuestras dolencias con frecuencia suelen derivarse de nuestro estado mental, haciendo referencia al origen psicosomático atribuido a un alto porcentaje de ellas, ya sea “por el miedo, la preocupación, la ira, los celos u otras emociones nocivas”.
Entonces aconsejaba “conservar la mente serena y objetiva”, ya que “si supiésemos concentrarnos y hacer buen uso de nuestra mente, nuestra vida podría ser distinta, liberados de temores y con logro en lo que nos propusiésemos hacer”.
Además, mientras en la lección anterior nos decía: “el arte de la concentración poco se practica en Occidente donde se hace todo lo posible por distraer y disipar constantemente el pensamiento”, en esta lección nos hacía notar que “quien ha dominado el arte de la concentración generalmente desarrolla una personalidad magnética vibrante y dinámica”.
Atención aquí. La maestra nos advertía que así como el poder del pensamiento positivo nos da buenos resultados, “el pensamiento negativo tiene funestas consecuencias”.
Por eso la concentración del Yoga generalmente va precedida del Yama-Niyama (el decálogo moral) y seguida por la meditación, a fin de evitar abusos con el poder del pensamiento, ya que “tenemos que ser conscientes de los verdaderos motivos que dirigen nuestras acciones y producen nuestros problemas”. ¡Uh! Esta lección continuará en la próxima nota. Namasté.