“No estoy aquí para declarar que hemos ganado, pero cuando acabe el escrutinio vamos a ganar”, advirtió el candidato demócrata en claro tono triunfalista.
“Todos los votos se deben contar. Nadie nos va a arrebatar nuestra democracia. No seremos silenciados, no nos dejaremos acosar. Confío en que venceremos, pero no habrá estados rojos ni azules. Solo los Estados Unidos de América”.
Por otra parte las elecciones para renovar el Congreso de Estados Unidos dejaron un gusto amargo en el Partido Demócrata, cuyas chances de pasar a controlar el Senado se reducían hoy en base a resultados iniciales y que avanzaban hacia extender dos años más su dominio de la Cámara de Representantes, pero con una mayoría menos holgada.
La sólida defensa de sus bancas del Senado exhibida por los republicanos en múltiples estados con carreras competitivas no excluía del todo, sin embargo, la posibilidad de un triunfo final de los demócratas, ya que seguían sin definirse escaños clave en Carolina del Norte, Michigan y Alaska, y al menos uno por Georgia irá a ballotage en enero.
Los demócratas necesitan una ganancia neta de tres de las 100 bancas del Senado para arrebatar la cámara al Partido Republicano del presidente Donald Trump en caso de que su candidato Joe Biden gane la Casa Blanca, ya que en un escenario de empate en 50 votos por bando, el vicepresidente emite el voto decisivo.