Mientras comenzaron los primeros análisis científicos a la enigmática imagen de Cristo hallada en Candelaria el 27 de agosto último, la Legislatura misionera declaró el pasado jueves su beneplácito por el hallazgo la obra tallada en madera que representa a Jesús.
El ingeniero forestal Marcos Radins, quien se está especializando en Dendrocronologia (parte de la botánica que establece la edad de un árbol y los cambios climáticos a los que ha estado sometido mediante la observación de los anillos de crecimiento anual) contó a PRIMERA EDICIÓN que “la talla se encuentra por ahora en proceso de restauración para retirar restos de tierra y otros elementos que complican la identificación. Como se presume que es jesuita, no se pueden hacer extracciones invasivas de la muestra para analizarla. Con la Facultad de Ingenieria se está trabajando con esta finalidad”.
Se trata de una talla en madera, a decir de Radins, “muy bella” y que mide aproximadamente 70 centímetros.
“Hasta ahora nos estamos manejando con presunciones, aparentemente es un Cristo y que por lo que pudimos observar fue incinerado parcialmente. Cuando la máquina pasó por encima quedaron cicatrices. Eso nos podría permitir llegar a la madera interna sin tener que invadirla”, se explayó sobre el trabajo científico que hay que hacer para identificar la especie del árbol donde fue tallada y lo más importante: su edad.
“Se presume que es jesuita por el lugar del hallazgo (Candelaria) y porque es una imagen de Cristo. Nosotros aún no sabemos si la pieza -y por eso hablamos del caso como una presunción- corresponde a ese periodo, pero queremos llegar a la especie y ver si es posible datar la edad aproximada del trozo de madera”.
En ese sentido, con suma cautela, Randins insistió: “Como expertos queremos determinar la especie en principio y después iremos viendo la metodología para determinar la edad del material. Todo material que se considera patrimonio histórico no se puede intervenir ni tocar”, afirmó con respecto al manejo delicado y minucioso de la pieza.
“El martes (por el 20 de octubre) observamos una pieza con rastros de haber sido quemada pero que en gran parte está bastante conservada. Estamos todos en la expectativa”, insistió.
Para poder hacer observaciones científicas, Radins señaló que la primera medida es identificar la especie, la cual aún no se sabe cuál es.
“Para hacerlo hace falta trabajar con cortes transversales para observar la posición de los vasos, por ejemplo. Al tratarse de una pieza que podría ser tan valiosa, se determinó primero la limpieza exhaustiva de la muestra y mediante elementos de cámaras y otras herramientas tecnológicas llegar a determinar la especie. Luego veremos el cálculo de su edad con alguna tecnología como Carbono 14, por ejemplo”, se explayó.
“Con la metodología que nosotros usamos es complejo poder fechar la talla, pero hay otras herramientas que nos pusimos a analizar para llegar a esa conclusión, por ejemplo el Carbono 14, para poder darle una edad aproximada a la muestra de madera”, insistió.
Si bien estos análisis no se hacen en la Universidad Nacional de Misiones, Radins aclaró que en el país hay laboratorios que sí pueden someter la muestra a estudios para sostener a qué lapso de tiempo corresponde.
De todas maneras, el ingeniero forestal aclaró que el procedimiento lleva un proceso que “no será rápido en absoluto”.
“Para llegar a resultados fehacientes primero tenemos que identificar la especie, después iremos avanzando paso a paso. No hay que apresurarse porque es complejo, hay que dar las herramientas precisas y eso toma su tiempo”, remarcó.
Algunas estimaciones
Los responsables de Patrimonio Cultural y Museos de la Provincia de Misiones estiman que el llamado “Cristo de Candelaria” es un objeto que data de los años 1700 a 1800 y por su estado de conservación habría sobrevivido a las invasiones portuguesas en la región.
Para poder dar precisiones científicas, especialistas del Laboratorio de Anatomía de la Madera de la Facultad de Ciencias Forestales (FCF) de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), entre los que se contaron la rectora Alicia Bohren, visitaron el Centro de Conservación y Restauración de San Ignacio Miní con el objetivo de analizar la escultura de madera recientemente hallada en Candelaria y poder determinar su origen y antigüedad.
Acompañaron a la rectora -que fue invitada en su calidad de docente de la cátedra de Anatomía de la Madera- el ingeniero Marcos Radins (docente e integrante del Laboratorio) y la licenciada Estela Garma, restauradora y museóloga.
Los especialistas, convocados por Andrés Sansoni, encargado del Centro, estudiaron la pieza y acordaron pasos a seguir referidos a diversos análisis que las instituciones aportarán para develar la procedencia del objeto que fue hallado por un empleado municipal de Candelaria que llevaba a cabo tareas de limpieza y excavación.