Este último viernes, un vehículo perteneciente a un empleado del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), por poco no se incendia por completo.
Lo llamativo del caso es que no se habría tratado de un accidente sino un hecho intencional. La motivación que llevó a los autores a realizar el hecho estaría vinculada con el manejo irregular del ganado de la zona, hecho que fue puesto en foco por este funcionario nacional. Se cree que como respuesta sufrió el ataque incendiario.
La víctima fue un veterinario que se desempeña en la oficina de esta localidad, la cual abarca a toda el área de los departamentos de San Pedro y General Belgrano. Específicamente una de sus funciones es la de realizar controles de stock de cabezas de ganado y auditorías a los campos de los productores de la zona.
En un principio el sistema del Senasa había mostrado un llamativo movimiento (legal) de vacunos desde otras provincias hacia Bernardo de Irigoyen y zonas aledañas, que superaba las condiciones de superficie en hectáreas para albergar a esos animales según las normas establecidas. La mayor circulación de camiones jaula también evidenciaba signos de la irregularidad que ocurría.
Por ende certificaron una mayor presencia de animales en algunos de los campos y el alerta surgió porque esa cantidad excedía la capacidad de los frigoríficos de la zona. A todas luces esto fue percibido como una maniobra para mover el excedente hacia la porosa frontera con Brasil en la modalidad de contrabando.
Dos de esos campos donde observaron irregularidades fueron interdictados, les fue prohibido mover la cabezas de ganado. Enseguida los propietarios manifestaron su rechazo a esta medida. Según el diálogo que tuvo PRIMERA EDICIÓN con la víctima del atentado, la hipótesis es que el ataque vino de ese sector. “Institucionalmente desde el Senasa consideramos que esta ataque tiene que ver con la comercialización ilegal (contrabando)”, consideró el funcionario.
El intento de incendiar el automóvil ocurrió el viernes alrededor de las 2. Una de las hijas del funcionario se encontraba despierta y observó un destello naranja que inundó su habitación. Cuando miró por la ventana observó que era el auto de su padre incendiándose. Rápidamente fue a despertar a toda la familia y gracias a ello pudieron correr para sofocar las llamas y evitar que consumieran toda la unidad.
En horas de la mañana, el funcionario se dirigió a la comisaría local y radicó la denuncia correspondiente para que e investigue el hecho y se identifique al o los responsables.
La filial local de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) expresó su repudio a la agresión: “Es claramente en respuesta a las tareas de control para frenar el tráfico ilegal de animales que nuestros compañeros desempeñan en una zona de frontera tan estratégica”, señalaron en un comunicado.