¿Cómo realizamos los cambios en nuestra vida? ¿Somos conscientes de ellos? ¿Participamos en esos cambios o vamos por la vida echando la culpa al destino? Si hay algo que querés lograr tenés que prestar atención a tus paradigmas, los grandes cambios vienen de la mano del cambio de paradigmas.
Un paradigma es el modo en que interpretamos la realidad, son los lentes con los que vemos el mundo. De ellos emanan: nuestras acciones, cómo nos vinculamos con otros, cómo percibimos lo que sucede a nuestro alrededor.
¿Te preguntaste alguna vez en base a qué paradigma estás actuando, cómo es tu manera de percibir el mundo, como estás relacionándote con otros?
Si no cambiamos la forma en la que vemos las cosas, por más que tengamos muchas técnicas y estrategias nunca vamos a lograr resultados diferentes. Copiar la fórmula a alguien que admiremos o que veamos que le va bien sin cambiar el paradigma no nos llevará muy lejos.
Este maravilloso y sorprendente camino de transformación es de adentro hacia afuera, identificando nuestros principios y chequeando si están alineados con nuestros paradigmas para lograr la coherencia.
Nuestros paradigmas se reflejan en nuestras acciones y las acciones que realizamos de manera constante constituyen nuestros hábitos. Entonces, una manera de revisar nuestros paradigmas es prestando atención a nuestros hábitos. Mirar con detenimiento esas miles de acciones que realizamos durante el día de manera inconsciente, es la pista.
Somos nuestros paradigmas porque todo lo que hacemos y expresamos al mundo parten de allí, somos entonces nuestros hábitos.
Trabajar en los paradigmas y en los hábitos nos permitirá desarrollarnos como personas cambiando nuestro ser.