Soy chaqueña, amo mi provincia y su gente, pero soy misionera por elección hace ya casi 15 años. No he encontrado un lugar feo, incluso viví un tiempo en Alem, donde nació mi hijo. Todo aquí nos muestra la bendición de Dios, en la frondosa vegetación y sus paisajes inigualables, sumado esto la diversidad de cultura que engloba la provincia y su gente maravillosa.
Una vez más, al conocer San Pedro el año pasado quedé enamorada del lugar y su gente visitando la cooperativa La Esperanza que formó un grupo de mujeres emprendedoras. Al ver la necesidad de reforzar la parte médica prometí volver y lo hice gracias a las gestiones de la cámara de mujeres y la zonal de Salud Pública.
Misiones tiene un importante número de pacientes con patologías agravadas por su estilo de alimentación donde la harina de trigo es el principal detonante.
Hoy la ciencia confirma que la alimentación es fundamental en desarrollar patologías, la Epigenética nos enseña que influye más nuestro estilo de vida que la herencia y es así que los trastornos tiroideos tienen gran correlación como enfermedad autoinmune con el sistema de defensa del cuerpo.
Es así que la primera visita fue acompañada de una charla sobre estilo de vida y alimentación donde ante todo como dijo Hipócrates hace tantos años perseguimos el principio de que “el alimento sea tu medicina”.
Enfocamos en esta oportunidad el tema en enfermedades autoinmunes y tiroides. Uno de los problemas fundamentales en trastornos tiroideos es la constipación, sequedad de piel y mucosas, caída de cabello, vaivenes emocionales y aumento de peso que corresponden a la disminución del metabolismo hipotiroidismo, mientras que luego está el otro extremo: el aumento del metabolismo, hipertiroidismo, donde encontramos alteraciones del ritmo cardiaco, diarreas, pérdida de peso, estado de nerviosismo constante, trastornos del sueño y otros.
Lo ideal es tener en cuenta que la alimentación influye en todas las células para que funcionen adecuadamente y las harinas afectan la permeabilidad de la membrana intestinal disminuyendo la absorción de los nutrientes esenciales.
Dentro de los mayores trastornos que ocasionan las harinas se encuentra el síndrome inflamatorio intestinal. Las enfermedades autoinmunes, diabetes, hipertensión y tantas otras mejoran inmediatamente al ir disminuyendo las harinas y restableciendo la membrana intestinal, recuperando la absorción de los nutrientes ingeridos.
La harina es adictiva y destruye de apoco las vellosidades intestinales encargadas de seleccionar y absorber. ¿Cómo restablecerlas? Incorporando otros alimentos para que de a poco sea más fácil dejarla.
Todo cambio brusco hace que luego busquemos de manera compulsiva y cueste más. Sugiero nuevos sabores en condimentos como la cúrcuma, albahaca y orégano todos antiinflamatorios y depurativos. Infusiones con malva, artemisa, melisa, diente de león, consumir muchas frutas y verduras.
También proteínas, diferentes harinas como la de arroz o sésamo, que con nuevas recetas las incorporamos. Ayuda a generar nuevos gustos cambiando los hábitos así la compulsión a la harina de trigo no se produce. Encontrar alternativas saludables es la mejor manera de lograr cambios duraderos que repercutirán en un claro bienestar.
Gracias San Pedro y a cada uno de los que hicieron que pudiera disfrutar de sentirme útil y tan bienvenida.