En los códigos carcelarios hay algunos internos que hacen valer la Ley del Talión con otros detenidos, es decir “ojo por ojo, diente por diente”, algo que configura obviamente otro delito y es incivilizado.
Sin embargo y en pleno Siglo XXI siguen sucediendo estos episodios de justicia por mano propia. Fue así que en la comisaría de Campo Grande el acusado de dar muerte a su hija de apenas ocho meses recibió una golpiza por parte de varios presos.
Hubiera sido peor si no intervenían los guardias. A pedido de su defensora oficial se trasladó al sospechoso a otra dependencia, esta vez a la Unidad Regional XI, con asiento en Aristóbulo del Valle.
Actualmente está alojado en una celda de seguridad y aislado del resto de los calabozos e internos. En ese lugar el involucrado, de 39 años, esperará que la Justicia (en este caso el Juzgado de Instrucción 2 de Oberá) resuelva el pedido de excarcelacion por falta de mérito teniendo en cuenta que la autopsia a la beba lo desvinculó de las graves acusaciones iniciales.
La misma suerte corre su pareja, de 20 años (detenida en Oberá) y acusada de presunto encubrimiento. Su abogada solicitó que sea liberada tras saberse que la criatura falleció por sepsis (infección) y que no fue sometida sexualmente, como adelantó PRIMERA EDICIÓN en exclusiva.
Cambio de Juez
Debido a que la abogada de la imputada en la investigación por la muerte de la beba es familiar del juez titular de dicho Juzgado, Horacio Alarcón, el magistrado se inhibirá en las próximas horas.
Debido a que es subrogante del otro Juzgado obereño, el expediente debe ir al Juzgado de San Vicente, sin embargo y al estar de licencia el juez Gerardo Casco, la subrogancia final recaerá sobre el Juzgado Correccional y de Menores de Oberá, indicaron las fuentes.
Todos estos cambios dilatarán las mencionadas solicitudes de excarcelación a los acusados. Hasta el momento no se modificó la imputación por presunta responsabilidad de la muerte de la beba hacia el padre y del supuesto encubrimiento hacia la madre.
Diagnóstico errado
La víctima, de ocho meses, murió el pasado viernes 4 de septiembre en la humilde vivienda donde residía junto a sus padres y otros tres hermanos de 7, 5 y 3 años, en el barrio ExRuta 14 de Campo Grande.
Al principio se presumía que su fallecimiento pudo ser a raíz de una posible golpiza y que incluso tenía signos compatibles con abuso, sin embargo y tras una autopsia se estableció que no tenía traumatismos ni lesiones en sus partes íntimas que pudieran ser similares a una violación.