¿De qué nos sirve el amor y el conocimiento si no son para compartirlos? Ambos son las puntas del ovillo y en el medio, el carretel de la vida para vivir y experimentar el amor y el conocimiento.
De qué nos sirve hablar del amor si no es traducido en acciones. De qué nos sirve el comprender sin ejecutar. De qué nos sirve accionar sin saber. De qué nos sirve el saber sin amar.
Amamos, pero la mente nos advierte. Pensamos, pero el corazón se resiste. Actuamos impulsivamente dejando la reflexión de lado.
Parece enredado, sin embargo es tan ¡simple!. Es danzar y fluir con la vida sin oponerse haciendo centro, aquietándose, ya que solo desde la quietud y el silencio de juicios la mente se aquieta, el corazón se abre y el alma desciende para manifestar su gloria y milagro, expandiendo nuestra compresión y corazón hasta realizar el próximo momento de fusión.
Inhalo y exhalo. Me expando y me contraigo. Actuó y descanso. Esos son los dos movimientos básicos de la vida y en el centro, el Ser en el eterno presente aquí y ahora. Disfrutemos, la creación es un milagro.