Cuando pensamos en el poder de nuestra mente y lo maravilloso que es poner en práctica todo lo que sabemos sobre ella encontramos casos espectaculares de curación.
Cuando generamos la energía creadora de bienestar es imposible pensarla con el estrés negativo al cual llamamos distrés, que nos enferma y condiciona, pero ¿qué pasa cuando miramos a nuestro alrededor y decidimos caminar un poco más despacio, valorando lo simple y agradeciendo lo diario?
Muchos llegan al consultorio con diferentes patologías, casi todas relacionadas con el estilo de vida. Los padres que en la época más importante de generar y ayudar a fortalecer las personalidades de nuestros hijos hasta los 7 años aproximadamente, nos abocamos a trabajar sin cesar, para darles lo que creemos será un bienestar mayor, un mejor pasar económico, más lujos materiales.
Damos más tiempo y energía en lo que nos generara dinero que en momentos compartidos, pero luego leemos que el estilo de vida es la mayor influencia en nuestro bienestar.
El tiempo que dedicamos a alimentarnos sanamente, hacer actividades físicas y mentales acordes, tiempo de recreación y amorosidad son la mejor medicina, pero no podemos volver la vida atrás, ¿qué hacemos ? Caer en la culpa es un engaño, caer en el reproche y victimización no es la solución: juntar lo que sabemos y ponerlo en práctica es la mejor solución.
Podemos elegir cómo vivir
El Dr. Joe Dispenza es médico, bioquímico y neurocientífico estadounidense, profesor y conferencista internacional. Tras un accidente en 1986, fue atropellado por una camioneta mientras andaba en bicicleta, se lesionó la columna, con mal pronóstico en su evolución clínica.
Decidió emplear sus conocimientos sobre la neurogénesis, lo que significa el poder de regeneración y la epigenética a través del desarrollo de técnicas para relajarse y trabajar en la regeneración celular con restauración de sus lesiones. Trabajó en eso y logró cambiar su pronóstico, hoy tiene una movilidad perfecta.
Joe Dispenza explica que si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti mismo, qué pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué emociones quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres ser y quién quieres ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más pienses en ello y más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el cerebro.
Este concepto es la base de la esperanza en crear nuestro bienestar con la confianza plena que es posible. Cada vez que un paciente consulta trato de relacionar su entorno con la patología y en la gran mayoría encuentro que saben qué hacer para sentirse mejor, pero el mal hábito lo empeora.
Me pasa con la actividad física, las harinas y los dulces (jajaja). Pero sé que el cambio es posible y vuelvo a empezar una y otra vez. Generar el cambio es posible si lo deseamos.
El tiempo lo manejamos nosotros, pero no bajemos los brazos y usemos todo lo que sabemos con la firme convicción de mejorar nuestra calidad de vida.
Hoy hagamos algo diferentes, así nuestras neuronas generaran ese camino diferentes que nos hará sentir mejor, hoy es el día ¡!! Tomar la decisión y hacerla realidad con la práctica cambia nuestra realidad. Dejemos nuestras mochilas y gocemos del cambio.