“Ojalá pudiera contarle a alguien o a mí misma toda la historia del por qué soy como soy”. Con estas palabras quería hablar de nuestra vida y cuando digo “nuestra” es para que a medida que vayan leyendo, cada uno pueda imaginarse su propia vida, sus historias, alegrías, aciertos, dolores, desengaños y fracasos.
Cuando nos etiquetan por algo generalmente lo hacen viendo sólo una parte nuestra, por ahí no hablamos mucho y ya nos dicen que somos callados y así dejamos que esas etiquetas que nos ponen nos definan.
Los seres humanos hemos aprendido a juzgar a una persona por un rasgo y así también como somos juzgados por los otros lo hacemos con nosotros mismos.
Es interesante ver todo lo que somos, no solamente lo que estamos siendo en algún momento, y ahí cuando podemos vernos, reconociendo cómo somos en diferentes momentos, observando la forma en que vamos cambiando a medida que estamos aprendiendo a vivir, vamos a dejar de juzgarnos y etiquetarnos.
Hoy cada uno puede visualizar su vida, recuerden: ¿qué tipo de charlas hemos tenido?, ¿nos han acompañado o hemos aprendido a andar solos?, ¿me sobreprotegieron y cuando tuve que enfrentarme al mundo me costó?.
¿Me hablaron con cariño o fueron duros y aprendí a ser exigente? ¿Qué fracasos los asumí como los peores y a pesar que el tiempo pasó no puedo olvidarme, perdonarme y aceptar? Y tantas otras preguntas que pueden hacerse sólo para comprender por qué somos así.
Cuando aparecen palabras como hubiera hecho o habría dicho, hay mucha carga en nuestras espaldas. Vamos a mirar nuestra vida y entendernos por qué somos como somos. Eso no significa no cambiar sino solamente comprendernos, aceptarnos y saber que todo es por algo.
A veces pienso en que mañana podemos no estar más y ¿tendría sentido tanto nivel de exigencia, drama y juicio?
Por ahí este pensamiento puede ayudarnos a dejar ir, sencillamente vivir el hoy y disfrutar de este paseo que se llama vida. Bendiciones