Según el texto al que tuvo acceso este Diario ayer, Sidders posee un “estilo, modo de pensar y expresarse” que fue utilizado para polemizar y que no “justifican acusarlo injustamente de cualquier acción”.
Sobre este punto vale recordar que el religioso católico, quien desde mayo de este año presta servicio en Puerto Iguazú acompañando al obispo Nicolás Baisi, posee condenas por parte del Inadi por comentarios polémicos y lesivos en programas de televisión contra agrupaciones defensoras de derechos humanos y de género.
La denuncia contra Sidders, tal como lo adelantó el jueves PRIMERA EDICIÓN, es por abuso sexual contra una niña que durante tres años habría sido víctima en el colegio San Vicente de Paul del arzobispado de la capital bonaerense.
Una comisión conformada por exalumnos y docentes de esta escuela, abogados, defensores de víctimas del abuso eclesiástico y de referentes políticos de distintas corrientes, recolectaron los primeros testimonios hace poco más de un mes y el jueves la patrocinante legal de la víctima de los delitos ocurridos hace 18 años aproximadamente, Pía Garralda, oficializó la denuncia ante el Juzgado de Garantías 2, a cargo de Eduardo Luis Silva Pelossi y el fiscal de la UFI 11, Álvaro Garganta.
La causa 27.639/20 quedó caratulada “abuso sexual, agravado por la condición de tutor”.
El obispado de Iguazú asegura que Sidders cumplía labor de confesor de los alumnos en el San Vicente de Paul y que su contacto con los niños los mantuvo siempre en presencia de la maestra respectiva y “a la vista de los demás compañeros” porque la capilla posee “puerta de vidrio”. También defendió “que durante 32 años de sacerdote” Sidders nunca tuvo una “acusación que comprometiera su comportamiento”.