Con expresiones de “alivio” por la “suerte aún en la desgracia” porque no hubo que lamentar víctimas por el incendio que devoró la planta de resina que la empresa “Industrial Pinturas Misioneras” posee en Garupá, el gerente comercial de la firma a cargo de la administración, Lucas Rizzolo, destacó que “sólo hubo que lamentar daños materiales”.
De acuerdo al relato detallado que brindó Rizzolo a PRIMERA EDICIÓN, un día después de los sucesos que conmovieron a su familia, empleados y vecinos de donde ocurrió el siniestro, la evaluación es que “además de ser materiales, los daños no fueron significativos porque la vida humana se preservó. Ahora bien, si uno lo mira en detalle fueron 15 años de trabajo en la planta de resina que se quemaron en segundos”, se resignó.
“Es imposible sacar un cálculo de pérdidas a 15 años de esfuerzo, de trabajo para levantar la planta. Monetariamente eso no se puede valorar. Sí agradecer que no pasó a mayores”, se explayó el empresario. Es que en los alrededores se encuentran los galpones de la fábrica de pintura.
“Cuando llegaron los bomberos los vientos iban hacia esa dirección, y de golpe gracias a Dios, de milagro cambió el viento y no tenemos que lamentar otra cosa”, sostuvo.
Rizzolo contó que la familia se va a tomar unos días para pensar qué hacer con el futuro de la planta para tomar una decisión.
“Uno en caliente puede decir ‘no fabricamos nunca más resina’ pero la verdad es que no sabemos”, afirmó.
Por otra parte, el nieto del fundador de la empresa Isidoro Rizzolo expresó su alivio porque la planta de pintura “que es nuestro fuerte está funcionando perfecta y hoy (por ayer) desde las 7 de la mañana ya estamos trabajando”, destacó.
“Procedimiento perfecto”
Mientras que en la planta se siguen realizando labores de peritaje para establecer las causas del incendio, Rizzolo detalló algunas medidas de bioseguridad para el proceso con la resina.
“Se trabaja con productos muy inflamables por eso nosotros tenemos equipamiento antiexplosivo (cañerías, motores). La verdad es que no se sabe qué fue lo que falló en el proceso. No hay nada que desde adentro que se prenda fuego. No hay tablero y la caldera está a 50 metros”, describió.
Al momento del siniestro había personal trabajando en la última parte del proceso de la fabricación.
“El operario que se hallaba en uno de los pisos, que resultó con quemaduras leves en una mano y no estuvo más de una hora en observación”, destacó.
Para Rizzolo, el procedimiento de los bomberos fue “perfecto”.
“Rápidamente vinieron seis dotaciones de bomberos y la verdad es que son unos genios, apagaron resina y no madera por ejemplo. Fue perfecto”, insistió satisfecho.