Muchas pequeñas y medianas empresas (PyME) sufrieron un duro golpe durante el aislamiento obligatorio, aunque con el pasar de los meses y las flexibilizaciones pudieron volver a la actividad, pero la reactivación no fue del 100%. Cierres, deudas, cortes en la cadena de pago y cambios en la forma de abono son algunos de los puntos que tuvieron que enfrentar durante todo este tiempo.
Al respecto, el presidente de la Confederación General Económica Argentina (CGE), Roberto Marquínez dijo a PRIMERA EDICIÓN que “la situación de las PyME es muy complicada y sobre todo porque se extienden los tiempos de cuarentena”.
En este punto, enfatizó que la regionalización debería ser una de las medidas que se tiene que encarar.
“Hay productos que no se fabrican en algunas zonas, por lo cual se encarece el costo de vida simplemente por estar lejos”, detalló.
Puntualizó que “se debe pensar en regionalizar, pero no hablamos de las economías regionales que son producto de una región, sino de la regionalización de las necesidades esenciales de cada familia; es decir para su consumo”.
Por ello, “debería haber polos como los del área metropolitana en todo el país. Hay que apostar a descentralizar la industria”, afirmó.
Para esto indicó que “es necesario pensar en una integración de políticas nacionales, provinciales y municipales”.
“Las PyME necesitan sostenerse con medidas pero que no sean solo paliativas”, expuso y al mismo tiempo agregó: “Políticas claras que sean un sostén a la hora de pensar en una inversión determinada”.
Flexibilizaciones
A pesar de que en las provincias hay diferentes flexibilizaciones, sostuvo que “esto nos afecta en todo el país. Nosotros tenemos un panorama de cada uno de los sectores”.
Asimismo, indicó que “estamos transitando un momento donde el mercado se ha achicado y el consumo está esperando por una economía normal”.
“Las empresas que están trabajando son las que están dentro del marco de las normativas con los temas esenciales, pero todavía no se integra a la economía en su totalidad”.
Aunque reconoció que “no podemos encerrarnos en la idea de que hoy en día es lo mismo que abril o mayo, cuando la pandemia había causado otro impacto”.
Pero más allá de que la actividad fue cambiando con el pasar de los meses, Marquínez deslizó que “hay productos muy difíciles de conseguir y la logística está complicada en algunos lugares. Por supuesto que se han encarecido los costos para muchos productos que tienen que llegar a grandes distancias”.
El referente nacional habló del impacto que tuvo la pandemia en las PyME y dijo que se calcula que “son entre 28.000 a 30.000 las pequeñas y medianas empresas que cerraron”.
Agregó que “no sabemos todavía en qué situación van a quedar las otras cuando esto termine”.
En cuanto a la cantidad de PyME afectadas, apuntó que “la ANSeS refleja una cantidad de empleados afectados y si ese número lo llevamos a 10 por PyME estamos hablando de unas 30.000. En la medida que pase el tiempo vamos a ir sabiendo el impacto final y seguramente el número será más alto”.
Además, puntualizó cuáles fueron los rubros que se vieron más complicados durante estos meses. “Los más críticos son los de esparcimiento, hoteles, restaurantes, industrias culturales. Estos son los que sufrieron un impacto directo y fueron más afectados que otros que han tenido la oportunidad de interactuar o seguir con su actividad”.
En esta línea, reconoció que a pesar de que muchas empresas están prestando servicio “se debe tener en cuenta que no todas cubren sus costos”.
“Si bien pueden estar activos, pero no pueden cubrir todas sus necesidades e incluso están más perjudicados que antes”, recalcó.
Marquínez mencionó que debido a la rotura en la cadena de pago que se dio al principio de la cuarentena hubo cambios en la forma de abono.
“La cadena de pago se vio afectada al principio y ahora las ventas son de contado”, subrayó.
Sostuvo que “esto hizo que -de repente- se complique la comercialización porque pensar en un contexto de contado no es fácil”.
Nuevos desafíos
Por otro lado, Marquínez habló sobre los nuevos desafíos que deberán encarar las empresas. “Se debe vislumbrar un escenario con nuevas iniciativas”, aseguró.
Remarcó que el comercio electrónico tuvo un importante crecimiento en estos últimos tiempos. “Si bien estaba instalado y crecía año a año ahora el impacto que recibió fue más grande”, destacó.
Adicionó que “estos son los nuevos conceptos que se instalarán dentro de la conciencia de los nuevos emprendedores, como por ejemplo los jóvenes que apuestan a estos sistemas de comercialización”.
Otro de los desafíos está relacionado con las inversiones futuras para reconvertirse.