Raúl Enríquez tiene 50 años y sufre de discapacidad motriz. Pese a que hace cinco años viene reclamando, todavía no cobra pensión por discapacidad y, a fines de este mes deberá dejar la casa que alquila hace seis años junto a su hermana.
Raúl se recibió hace 20 años de laboratorista químico industrial en la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales, pero nunca pudo ejercer su profesión: “Desde el 2000 que busco trabajo por todos lados pero nunca me dieron ni tampoco me dieron explicaciones de por qué no. Presenté mi Currículum en todas partes, pero nada”, contó a PRIMERA EDICIÓN.
En consecuencia, el trabajo del profesional, se limita únicamente a dar clases particulares de primaria, secundaria y nivel universitario. Sin embargo, con la cuarentena, Raúl se quedó sin alumnos a quienes enseñar. “Hasta ahora nos mantenemos con lo que gana mi hermana por cuidar a una señora mayor”, dijo.
A sus precarias condiciones de vida, se le suma la reciente noticia de que a fines de julio, él y su hermana deberán abandonar la vivienda que alquilan. A 20 días de la mudanza, todavía no tienen lugar dónde ir.
“Lo que pedimos es que consideren los reclamos que desde el 2014 vengo haciendo al IPRODHA para que me den una casita, pero me dicen que por no tener la pensión no contributiva por discapacidad, no pueden ni si quiera inscribirme. El problema es que también vengo reclamando por la pensión hace muchos años, pero hasta ahora no tuve respuesta”, explicó. “Incluso pensamos irnos a una casita de madera en las villas, porque la idea era conseguir algo para irnos lo antes posible”, contó Raúl.
Luego de conocer la historia de Raúl, Zahira Semhan (exalumna del laboratorista) junto a su hermana Cecilia Natalí, organizaron la campaña #AyudemosARaúl. “Estamos luchando para que le den su pensión y su casa propia. Y lo que pedimos a la gente es que nos ayude con mercaderías, ropa y vestimenta”, dijo Cecilia y aclaró que “nunca pedimos ayuda monetaria”.
Vive con su hermana y 26 perros
Otro de los problemas que se suman a la situación actual de Raúl es que convive con 26 animales. “Durante los seis años que vive en el barrio, él fue rescatando a todos los animales que los vecinos abandonan”, contó Cecilia.
En este sentido, explicó que “no son sus mascotas, no es que a él le gusta juntar animales, pero los cuida hasta que alguien los adopte responsablemente. Por eso, necesitamos también gente que quiera colaborar adoptanto a los perritos o gatos o que al menos compartan sus fotos”.
Queremos visibilizar su historia
Zahira conoció a Raúl en la facultad, ya que el hombre le daba clases particulares. Al enterarse que, al igual que ella, él también era rescatista de animales, forjaron un vínculo de confianza. De a poco, Raúl les fue contando su historia, por lo que Zahira y su hermana decidieron no quedarse con los brazos cruzados.
Lo acompañaron innumerables veces al ANSeS e instituciones correspondientes para efectuar los reclamos pertinentes, y suelen visitarlo con frecuencia para acercarle mercaderías. Sin embargo, no pueden solas y es por ello que decidieron lanzar la campaña #AyudemosaRaúl. “Muchas personas se sumaron, entre ellas muchas compañeras de la facu de mi hermana”, contó Cecilia.
Finalmente, las hermanas remarcaron que, pese a que algunos de los donantes propusieron colaborar con Mercado Pago, “nosotras jamás pedimos ayuda con plata”.