Los profesionales insisten en la importancia de los minerales en la producción bovina, ya que esto ayuda a mejorar los rendimientos. El objetivo es que los productores tengan en cuenta todo lo que debe consumir un animal para un mejor crecimiento y desarrollo.
A través de un encuentro virtual se abordó la importancia de los minerales en la producción bovina.
Al respecto, Andrea Pantiu del INTA-EEA de Montecarlo explicó que “la deficiencia de minerales en la producción bovina es compleja”.
“El sistema de producción animal se sustenta o se mantiene bajo cuatro pilares básicos”, indicó. Entre estos nombró a la alimentación, la sanidad, el manejo y la genética.
“Si uno de estos falla, seguro se tendrá algún problema, lo cual puede llevar a una disminución en la producción y en la rentabilidad”, aseguró.
En lo referente a la alimentación, recordó que “la ganadería se realiza bajo las condiciones de pastoreo sobre campo o pasturas implantadas”.
En cuanto a la región, detalló que “el pastoreo se realiza en gramíneas tropicales, que tiene la particularidad de crecer en el período de primavera, verano y otoño; y un escaso- nulo crecimiento en invierno”.
Señaló que “el animal toma sus nutrientes desde la pastura y, a su vez, la pastura agarra los nutrientes del suelo”; por lo cual puede haber un déficit o un bloqueo.
En este punto, consideró que “la pastura puede tener una carencia primaria; es decir que el aporte no alcanza para suplir los requerimientos del animal. O una carencia secundaria, es decir que la utilización es disminuida por otros elementos interferentes”.
Por otro lado, mencionó que “se asume que los nutrientes deficitarios son la proteína y la energía; por eso cuando se habla de alimentación se tratan de suplir estos requerimientos del animal”.
Sin embargo, enfatizó que “los requerimientos nutricionales no son sólo la energía y la proteína sino también están el agua, las vitaminas y los minerales”.
En este punto, afirmó que “la deficiencia de minerales también son de importancia porque estos cumplen un rol destacado en el organismo animal, desde la formación del esqueleto hasta el transporte de oxígeno en la sangre”.
Dichas funciones que cumplen los minerales se dividen en dos grupos. Por un lado, están las funciones generales dentro del organismo como ser la conformación de la estructura ósea, mantenimiento del tono muscular, las funciones de la reproducción y el sistema inmune”.
Por otro lado, están las funciones de los minerales con los microorganismos ruminales. Estos intervienen en los procesos energéticos y son activadores de las enzimas microbianas. “Los minerales cumplen muchos procesos que por ahí no se considera a la hora de la alimentación animal”, expuso.
Es así que los minerales se clasifican en dos grupos. Por un lado están los macrominerales que “se requieren en concentraciones mayores”, subrayó. Tal como ser el calcio, fósforo, sodio, magnesio, entre otros.
En tanto, dentro de los microminerales se encuentran el cobre, el cromo, hierro, zinc, magnesio, entre otros. “Estos cumplen funciones de tipo reguladoras en el organismo”, remarcó.
Mencionó que “el conocimiento de las funciones y de la importancia en la producción animal es fundamental para obtener mejores rendimientos productivos”.
A su vez, abordó el tema de las enfermedades metabólicas; ya que dentro de estas están las deficiencias minerales. En este caso, se pueden encontrar cuatro grupos de enfermedades metabólicas: “las deficiencias minerales de origen primario” que es cuando el animal no consume la cantidad de minerales necesarios.
También están “las deficiencias minerales de origen secundario”; es decir que el mineral está disponible, pero el exceso de algún metabolito evita que pueda ser utilizado.
La tercera es “la intoxicación”, es decir que el flujo de entrada de un metabolito es mayor que el de salida. Y por último, se encuentra “la acumulación de metabolitos claves”, que se da por procesos de intermedio de transporte o la utilización de metabolitos.
Además la capacitadora, recordó que las deficiencias minerales se dividen entre las clínica (pelo opaco, pérdida de peso, entre otros) y las subclínicas (disminución de producción de leche o de peso, entre otros).