El turismo, como tantos otros sectores del país, atraviesa una grave crisis con motivo de la pandemia de COVID-19, que obligó al mundo a aislarse de alguna u otra forma. Esto provocó un golpe en la economía mundial y principalmente en el sector del ocio y los viajes. En el caso de San Ignacio, que -como describió a PRIMERA EDICIÓN su propio intendente, Javier Peralta- “está enfocado netamente al movimiento turístico”-, este parate fue un duro impacto para la economía local.
Peralta explicó que en la ciudad de las reducciones jesuíticas están “sumamente golpeados, entendamos que el 90% de las actividades fueron liberadas y la actividad madre de San Ignacio, que es el turismo, sigue suspendida. El 26 de febrero estábamos terminando un Carnaval con la asistencia de más de 26 mil personas, un lleno total de hoteles y restaurantes, y a las dos semanas pasamos a tener cero, fue sumamente duro. También teniendo en cuenta que muchos de los empresarios que tenemos acá se dedican a una línea específica que es el turismo y además hay empresarios que se prepararon y compraron toda la mercadería para una Semana Santa que nunca llegó”, describió.
El jefe comunal detalló que San Ignacio tiene 800 camas y 500 cubiertos. “No creo que haya otro municipio con esa cantidad específica de servicios preparados sólo para los visitantes”.
En ese contexto, advirtió, ya “hay pequeños emprendimientos que están cerrados, los restaurantes se comenzaron a mover con el delivery, tenemos muchos artesanos que hace tres meses que no venden una artesanía, que no llega un turista, y como dijo el ministro de Turismo de la Provincia (José María Arrúa), el día uno después de la cuarentena no va a ser el día uno para el turismo”.
No obstante, “tenemos preparado el protocolo para los artesanos, tenemos preparados los restaurantes con sus respectivas medidas de seguridad, estamos trabajando sobre el protocolo para hoteles, estamos por armar un simulacro para el protocolo del acceso a las reducciones”.
Nos estamos preparando para cuando llegue el primer día de apertura al turismo. Apostamos a un turismo interno, que está lejos de darnos una solución, pero nos dará oxígeno para aguantar lo que falta, porque -más allá del esfuerzo del Municipio por reducir el golpe económico con la reducción de impuestos y la ayuda que les dio la Provincia a los emprendimientos- esto se complicó mucho: San Ignacio está totalmente parado”, insistió.
Restricciones
El intendente Javier Peralta contó además que tienen un protocolo estricto desde que comenzó la cuarentena y lo mantienen tal cual para evitar contagios.
En ese sentido, tienen arcos sanitizantes para los camiones que ingresan a buscar arena y también para los autos; una sola vía de ingreso y egreso de la ciudad y un horario restringido para todas las actividades de 8 a 18, “salvo los fines de semana que los restaurantes trabajan hasta las 22”.
Los límites rigen también para el uso de los cajeros automáticos de la ciudad, medida que causó cierta polémica.
El acceso a ellos “está vallado y el permiso de uso es de 6 a 18 horas. Esta decisión del comité de crisis se ratificó hace unas semanas por unanimidad, obviamente hay críticas, pero la gente respeta, lo que se busca es que nos cuidemos entre todos y no haya excusas para salir si no es necesario”, argumentó Peralta.