En opinión del FMI, la confianza de los mercados no solo ha repuntado por las acciones de los bancos centrales, sino también por la reapertura de varios economías y la relajación de las medidas de confinamiento frente al Covid-19.
Esta actitud por parte de los inversores a nivel global entraña riesgos para la economía, pues si se produce una corrección en el precio de los activos si su “apetito por el riesgo” se desvanece, es posible que eso sea una amenaza para la recuperación.
Según el Fondo, esta corrección del precio de los activos podría producirse si la depresión es más profunda y prolongada de lo que los inversores anticipan, si se produce una segunda oleada del virus o si las expectativas de apoyo por parte de los bancos centrales resultan ser “muy optimistas”.
Este riesgo se suma a otras vulnerabilidades del sistema financiero que han “cristalizado” gracias a la pandemia del Covid-19, como los elevados niveles de deuda y las pérdidas resultantes de las insolvencias, algo que “pondrá a prueba la resiliencia de los bancos en algunos países”.
Adrian y Natalucci han alertado de que la corrección en los mercados financieros, especialmente si es amplificada por las vulnerabilidades del sistema, “podría resultar en un fuerte ajuste de las condiciones financieras, limitando así el flujo de crédito hacia la economía”.
“El estrés financiero podría empeorar una recesión económica que ya de por sí no tiene precedentes, haciendo que la recuperación sea todavía más desafiante”, han apostillado los economistas.
Fuente: Medios digitales