
Mientras el nuevo coronavirus sigue su avance en el mundo y ya provocó alrededor de medio millón de muertos, la comunidad científica mundial se halla en una carrera sin pausa para tratar de hallar un tratamiento contra el SARS CoV-2 y desarrollar una vacuna para prevenir su contagio.
Argentina no está ausente en este desafío, no sólo está tratando de desarrollar una vacuna (tal como contó en su edición de ayer PRIMERA EDICIÓN) sino que también investiga tratamientos novedosos para mitigar los efectos del virus en los pacientes afectados.
Este miércoles, investigadores del CONICET anunciaron que lograron desarrollar un suero que neutraliza al coronavirus. Este suero se probó hasta el momento in vitro y recién a mediados de julio comenzarían las pruebas con un grupo reducido de pacientes.
Argentina es un exponente en el desarrollo mundial de la inmunoterapia pasiva, una de las estrategias terapéuticas más prometedoras que se están investigando en el mundo, para disminuir el impacto y la letalidad del nuevo coronavirus.
El proyecto del suero está articulado con el Instituto Biológico Argentino (BIOL) y algunas instituciones públicas como la Administración Nacional de Salud “Dr. Carlos Malbrán” (ANLIS). También cuenta con la colaboración de la Fundación Instituto Leloir (FIL), Mabxience, CONICET y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
“El tratamiento es un suero para inmunización pasiva. Esto significa que a una persona se le administran anticuerpos de una fuente externa, por ejemplo, de personas convalecientes. En nuestro caso, se utilizaron anticuerpos policlonales equinos”, detalló a la Agencia CTySUNLaM la doctora Vanesa Zylberman, investigadora del CONICET y directora de INMUNOVA, la compañía biotecnológica que llevó a cabo el trabajo.
Zylberman explicó que, de acuerdo a los resultados obtenidos en el laboratorio, el tratamiento desarrollado logró frenar la capacidad de infección que tiene el virus in vitro. “El virus, a través de una proteína que tiene en su membrana denominada Spike, se une al receptor de la célula humana y, así, logra ingresar a la misma. Lo que hacen los anticuerpos que nosotros produjimos es bloquear esa proteína viral e impedir la entrada del SARS-CoV- 2 a la célula”, profundizó la investigadora.
“La administración de estos anticuerpos a pacientes, como terapia pasiva, tiene el objetivo de evitar que el virus encuentre su receptor y bloquear la propagación viral”, agregó.
Poder neutralizante mayor que el plasma
En tanto, según precisó el doctor en bioquímica Fernando Goldbaum, director científico de la empresa argentina de biotecnología Inmunova, “pudimos demostrar que este suero tiene una capacidad neutralizante de 20 a 100 mayor que la de la aplicación de plasmas convalecientes. Pronto, con la aprobación de la ANMAT, avanzaremos a la etapa de ensayos clínicos en pacientes infectados moderados a graves con menos de 10 días del inicio de los síntomas, para probar la capacidad que tiene el suero de neutralizar el virus SARS-CoV-2”, aseguró el experto.
Con varias décadas de experiencia en la producción de sueros hiperinmunes a nivel nacional e internacional, BIOL desarrolló los lotes de ingeniería del suero para las pruebas preclínicas y clínicas, en su planta especializada, cumpliendo con las normas de Buenas Prácticas de Manufactura para productos farmacéuticos. Allí también se podrá producir el suero para cubrir las necesidades de todo el país.
Plasma inmune, un invento argentino de 1950
El plasma de convalecientes, una de las terapias a prueba hoy en distintos países contra el coronavirus, es un tratamiento desarrollado a fines de la década del 50 por el doctor Julio Maiztegui para tratar de frenar la epidemia de fiebre hemorrágica argentina.
Fue Maiztegui quien logró reducir la letalidad de ese virus aplicando el plasma inmune de convaleciente en etapas tempranas de la enfermedad. Setenta años después, este tratamiento sigue siendo uno de los más prometedores en el mundo y Argentina es uno de los países que lleva adelante tratamientos en pacientes con plasma.
Hace una semana, Misiones también comenzó a recolectar plasma de pacientes recuperados con fines terapéuticos en el marco del Plan Estratégico aprobado por el Ministerio de Salud de la Nación.
El plasma de convalecientes ya demostró eficacia en el tratamiento del MERS-CoV, ébola y en la epidemia de gripe H1N1 en pacientes con cuadros moderados o graves de la enfermedad.
Dexametasona
A excepción del suero argentino para neutralizar el COVID-19, hasta ahora en etapa preclínica, la mayoría de los tratamientos en estudio para combatir este virus son drogas creadas para otros fines que ahora muestran ciertos efectos contra el nuevo virus.
El más cercano de estos nuevos descubrimientos fue el de la dexametasona y se dio a conocer esta semana. La dexametasona, un corticoide con efectos antiinflamatorios y supresor de la respuesta inmune descubierto en 1957 y barato, demostró que reduce la mortalidad entre los pacientes muy graves que necesitan respiración asistida y también entre aquellos que necesitan oxígeno.
El ensayo clínico fue realizado en el Reino Unido y según los resultados preliminares recabados en el seguimiento de 2.104 pacientes, la dexametasona puede evitar una de cada ocho muertes entre los pacientes más graves y una vida de cada 25 entre aquellos que reciben oxígeno. Esta investigación generó muchas expectativas pues su uso permitirá salvar muchas vidas.
Supervivencia
“La dexametasona es la primera droga que mejora la supervivencia en COVID-19”, resaltó Peter Horby, investigador de la Universidad de Oxford y uno de los coordinadores del ensayo.
“La supervivencia es mayor entre los pacientes que requieren respiración asistida, así que este medicamento debería administrarse a todos los pacientes en este estado. La dexametasona es barata, disponible y se puede usar desde ya para salvar vidas en todo el mundo”, destacó.
Tratamientos en investigación en el país
Al no haber evidencia científica hasta la fecha, el Ministerio de Salud de la Nación no tiene un tratamiento recomendado contra el SARS CoV- 2 en el país. No obstante, sí pone a disposición la lista de las drogas que se encuentran en investigación para el tratamiento de COVID-19.
Estas son, la cloroquina/hidroxicloroquina. Para las autoridades de salud nacionales, “no hay evidencia que permita emitir una recomendación a favor o en contra del uso de cloroquina o hidroxicloroquina, excepto en el marco de un ensayo clínico”.
No obstante, admiten que “publicaciones recientes de evidencia observacional sobre la seguridad y eficacia de la hidroxicloroquina para el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19 han generado controversia sobre su eficacia y seguridad y se encuentran en revisión por parte de la OMS”.
Tampoco hay evidencia científica que permita al Ministerio emitir una recomendación de las terapias inmunomoduladoras, incluyendo el plasma de convalecientes, inhibidores de IL-6, inhibidores de las quinasas, entre otros.
Hasta el 30 de mayo, antes de conocerse los resultados de la investigación con la dexametasona en el Reino Unido, el Ministerio de Salud de la Nación no recomendaba el uso rutinario de corticoides en personas con COVID-19. También desaconseja el uso de corticoide el uso rutinario de corticosteroides sistémicos para el tratamiento de pacientes con ventilación mecánica con COVID-19.
No obstante, sí recomienda el uso de corticosteroides en dosis bajas en la terapia en pacientes con COVID- 19 con shock refractario.