El invierno está muy cerca y con él la preocupación por la situación inusual que le toca vivir al mundo en este año. La pandemia del COVID-19 pone a todos atentos a lo que se vendrá en relación al clima.
Por esto y para despejar dudas, PRIMERA EDICIÓN consultó a Marcelo Kusik de la Dirección de Alerta Temprana de la Provincia para saber qué se puede esperar en los próximos meses.
El pronóstico extendido indica que el invierno será muy seco, con pocas precipitaciones y temperaturas por debajo de los niveles normales. Heladas intensas entre junio y julio, y algunas tardías a finales de agosto y principio de septiembre.
Con la mente puesta en la salud, muchos están atentos a las temperaturas que se vayan a registrar, al respecto, Kusik manifestó que este otoño se presenta con temperaturas por debajo de los registros normales y poca amplitud térmica.
Además agregó que este período de transición del clima es singular, “si comparamos tenemos más ingresos de aire frío que otros años. Se sienten noches y principalmente madrugadas frías, pero no con frío intenso”.
“Se produjeron mínimas de 3 y 4 grados en algunos puntos de la provincia con heladas muy débiles. No es normal que tengamos varios días seguidos con temperaturas templadas. Esto genera nieblas y neblinas en cercanías de arroyos y ríos”, agregó.
Sin embargo, pronosticó que en junio comenzará el período conocido como La Niña, donde la sequía y las bajas temperaturas serán protagonistas.
Como ejemplo, Kusik resaltó que “las lluvias de la semana pasada fueron las últimas significativas, hasta finales de septiembre por lo menos. Los modelos todavía no muestran cómo será de ahí en adelante. Aún no se tiene la certeza de si va a terminar La Niña o se va a prolongar más”.
Si bien la región está en un período de transición, “el invierno se perfila con temperaturas por debajo de lo normal y heladas de moderadas a intensas”, indicó Kusik.
Pocas lluvias
En cuanto a las precipitaciones, el meteorólogo aficionado advirtió que “están por debajo de los niveles históricos” y el pico de la sequía se daría “entre agosto y septiembre”. De ahí en adelante todo dependerá de si La Niña continúa o da paso al Niño.
Finalmente, Kusik remarcó que a raíz de la ausencia de precipitaciones en la región “los caudales de arroyos y ríos van a seguir bajando”.