Ayer al mediodía, el silencio de la cuarentena se interrumpió por el bocinazo autoconvocado por todo el área de Salud de la provincia, que se adhirió a los reclamos que vienen sucediendo en otras partes del país.
La convocatoria se produjo mediante la movilización en vehículos con banderas, carteles y guardapolvos blancos y celestes. Se formaron dos caravanas, una se movilizó desde la rotonda hasta el mástil, mientras que otra partió directamente desde la intersección de Mitre y Uruguay.
Si bien el objetivo fue apoyar a sus colegas a nivel nacional, “aprovechamos para visibilizar nuestra precarización laboral y las promesas como las del cobro del bono que nunca se cumplieron”, dijo a PRIMERA EDICIÓN una de las autovonvocadas Sandra Morales.
En este sentido, señaló que “queremos que se ponga en agenda la situación del personal de salud, porque no se condice la calidad de atención que brindamos con la cantidad de ingresos que recibimos, tanto en el sistema de salud público como en el privado”.
Al respecto, aclaró que “nuestra queja no es con respecto al material de trabajo, sino lo económico en cuanto a los sueldos y la inestabilidad de muchos de los colegas que trabajan en el Parque de la Salud porque sus contratos son anuales o en calidad de monotributistas y tienen que estar facturando constantemente”.
Cabe aclarar que esta fue la primera convocatoria, aunque adelantaron que volverán a hacer el bocinazo el próximo viernes y sábado para que se sumen los que no pudieron participar por tener que trabajar.
Tienen más de un trabajo
Asimismo, contó que “desde el año pasado nos empezamos a movilizar porque nuestros salarios son bajísimos. Esto nos obliga a tener un poliempleo que exige más esfuerzo físico y mental. Tenemos que salir a buscar otros trabajos para compensar los bajos sueldos”, contó y aseguró que “la mayoría trabaja un turno en el sector público y otro turno en los sanatorios privados que hoy en día también se vieron afectados por la cuarentena”.
Sector privado
Morales se refirió a la situación de sus colegas del sector privado, que también se hicieron presentes en el bocinazo: “Tuvieron que cerrar los consultorios, hay muchos que todavía no pueden abrir y encima tienen problemas con las obras sociales que no les están pagando y están con un atraso desde diciembre del año pasado”, explicó Morales.
“Los que lo pueden abrir, tienen que limitar la cantidad de pacientes que reciben, tiene los gastos de los equipos y ahora se suma lo de las obra sociales”, continuó.
Por ello, “pedimos que el Estado exhorte a las obras sociales a que nos paguen lo que nos corresponde, porque es trabajo hecho y si el Gobierno no nos respalda, ¿a quién le corresponde entonces?”, rectificó.
Finalmente, Morales agradeció la iniciativa de algunos gremios ya que “es importante que más allá de las profesiones, nos reconozcamos todos como trabajadores” y agregó que “también entendemos que la educación está muy mal paga por lo que agradecemos su apoyo”.
Siguen dolidos y esperan apoyo
Sandra Morales se refirió también a los dichos del ministro de Salud de Misiones, Oscar Alarcón, cuando apuntó a que los contagios del personal de salud se debieron a un descuido de los trabajadores a la hora de utilizar los equipos de resguardo.
“No nos hubiese gustado recibir los duros comentarios porque estamos dando lo mejor y, a veces, más de lo que nos corresponde, pero al menos después de todo eso ahora se pusieron rigurosos con las entregas de los equipos de protección”, explicó sobre el tema.
Sin embargo, sostuvo que “lejos de recibir apoyo del Estado y de la sociedad, a los médicos que se contagiaron los culparon y siguen discriminando a colegas sin saber los riesgos que corremos”.