“Entre Mujeres y el Barro” es una iniciativa que reúne a un grupo de emprendedoras en el moldeado de cerámica prehispánica, con un objetivo: “Reivindicar y revalorizar un oficio y legado ancestral, haciendo hincapié en los recursos que nos brinda nuestro entorno”, según resumió la impulsora del proyecto, Valeria Thomas Temporelli.
El proyecto tuvo sus inicios en julio de 2019 de la mano de “Vaikuntha-cerámica prehispánica” y busca convertir al municipio de Profundidad en la capital provincial de esta actividad. “Nosotras, además, nos dedicamos al estudio de las culturas autóctonas para contextualizar la práctica. Nuestra idea es que cada mujer tenga el contenido teórico para saber por qué lo estamos haciendo, desde dónde y para qué”, indicó Thomas Teporelli a PRIMERA EDICIÓN.
Antes de la pandemia por coronavirus, el equipo integrado por mujeres de entre 24 y 50 años trabajaba en un horno a leña. “Lo increíble de este tipo de cerámica es que te permite crearlas sin comprar nada. Lo único que necesitamos es conocer nuestro entorno, de allí obtenemos los recursos. Podemos ser autónomas desde el oficio”, remarcó la emprendedora.
Por el momento la actividad permanece pausada con motivo de la cuarentena. Sin embargo, antes de que se declarase el aislamiento obligatorio, las emprendedoras planificaban dar talleres y charlas donde se centrarían “en la cultura Mbya Guaraní e investigar la cerámica de nuestra zona. Un taller que quedó pendiente”.
Por otro lado, se proyecta la construcción de un horno comunitario con el acompañamiento de la intendenta de Profundidad, Silvia Estigarribia, y la Agencia para el Desarrollo Económico de Misiones (ADEMI).
Sentido de pertenencia
Las mujeres son de Profundidad y desde allí iniciaron su emprendimiento productivo de base colaborativa, donde los conocimientos se comparten y que persigue el desarrollo local del municipio.
“Como psicóloga social, trabajo desde una perspectiva psicosocial, por lo que siempre recalco al grupo que este espacio sea una excusa para charlar y crear un sentido de pertenencia”, expresó Thomas Temporelli.
Por otra parte, el proyecto es aprender las técnicas e ir sistematizando. Las clases, antes de la cuarentena, eran dos veces por semana y “empezamos a producir, paralelamente nos organizarnos como mujeres y pusimos puntos de venta para promover nuestro trabajo”, contó.
“Es un sueño cumplido: es materializar el trabajo artístico con el comunitario para lograr objetivos comunes”, manifestó Thomas Temporelli.
Thomas Temporelli explicó también que “nos propusimos este grupo para abordar también temáticas de género y donde se puedan trabajar las subjetividades, dotando de valor a cada una de las personas con su talento”.
Este año se había proyectado la construcción del horno comunitario, que iba a estar ubicado en el predio de la escuela, pero la pandemia estiró los plazos que se habían fijado en el proyecto. La idea es que sea una herramienta comunitaria que todos puedan utilizar, en colaboración con los que más conocimiento tienen, para que cada pieza tenga la calidad necesaria para su comercialización.
“Cuando me hice parte del grupo no tenía conocimiento de cerámica”, dijo Cristina, otra de las integrantes del grupo, quien agregó que “aprendí y descubrí que tenía talento”. Aseguró que “es un grupo muy lindo para trabajar y tenemos bien en claro que tenemos que lograr que esto sea un sustento económico para todos”.
“Es impresionante lo que uno puede lograr cuando se lo propone y por eso es que tenemos muchos proyectos que queremos concretar”, sentenció.
Las mujeres trabajan cerámica de raíz prehispánica, modelando con las manos, paletas de madera y piedras. Utilizan elementos de la naturaleza, siendo su principal materia prima el barro ñaú.
Las piezas terminadas pueden encontrarse en la plataforma de venta online Pymes Misiones (www.pymesmisiones.com.ar), desde donde se realizan los envíos a domicilio.