Un changarín nacido en Wanda deberá defenderse ahora en juicio oral acusado de violar a su hija de 11 años, corromperla con aberrantes relatos sexuales y amenazarla con un arma blanca en reiteradas ocasiones entre los años 2017 y 2018.
La decisión de concluir la etapa de instrucción y enviar a debate el expediente la tomó el juez de Puerto Iguazú, Martín Brites, durante las últimas horas.
El extenso y fundamentado auto de elevación, al que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso, apunta a un hombre de 60 años conocido como “Payaso”, con nivel de educación primario completo y domicilio en Puerto Iguazú, que está acusado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado por el vínculo y por el uso de arma, en varios hechos en concurso real y en concurso ideal con el delito de corrupción de menores agravado”.
La causa se inició en 2018 ante la Secretaría 1 del Juzgado de Instrucción 3, de la Tercera Barrio 1º de Mayo de la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones.
A “Payaso” se le atribuye responsabilidad penal en la supuesta comisión de los crímenes en perjuicio de su hija menor, “aprovechándose del vínculo de confianza en razón de ser su padre biológico y por someterla sexualmente bajo el uso de amenazas de muerte con una arma blanca en reiteradas oportunidades y accediéndola carnalmente vía anal”.
“Sodoma y Gomorra”
El inicio del calvario de la niña de 11 años se inició en agosto del año 2017. La menor fue abusada en varias ocasiones -se estima que al menos cinco- y siempre de noche.
De acuerdo a las evidencias y relato de la víctima, el Día del Niño del año mencionado comenzó a ser ultrajada. También como referencia y memoria la menor señaló el fallecimiento de su tía. El último acto habría sido el 27 de julio del 2018.
El acusado le habría relatado una versión propia de un extracto bíblico sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra y el “Señor Lot”, con detalles de relaciones de incestos entre padres e hijas, para luego relatarle situaciones de índole sexual que aseguró experimentó con la madre de la menor y otras mujeres.
“La niña le suplicaba que no le cuente más”, se destacó en el expediente, pero el acosador habría insistido cuando ella dormía. “La despertó y manifestó textualmente: ‘¿Querés ver lo que yo hacía con tu mamá y mis otras mujeres?’ y ante la negativa utilizó un arma blanca, un cuchillo secuestrado en la presente causa, apoyándoselo en el cuello para que no gritara y sumándole terror con advertencias de matar a su madre si lo contaba”.
Así cometió, presuntamente, cada uno de los ataques sexuales, cuyos mayores detalles se evitan describir por aberrantes. Las lesiones fueron confirmadas por médicos y profesionales de la salud mental, como resultantes de “hechos de violencia contra la integridad sexual continuos y recurrentes, utilizando siempre amenazas para lograr así que ésta tolere dichos actos abusivos, por temor a las represalias de algún adulto o autoridades, como también para lograr la impunidad de sus actos”.
La investigación se inició con la denuncia de la progenitora ante la Comisaría de la Mujer de Puerto Iguazú y el fiscal de Instrucción 3 Horacio Ariel Paniagua, tras el pedido de opinión del juez Martín Brites, requirió la elevación a plenario de la causa, con el encartado a responder por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por el vínculo y por el uso de arma varios hechos en concurso real (artículo 119, tercer y cuarto párrafo, incisos B y D in fine en función del artículo 55 del Código Penal Argentino) y en concurso ideal con corrupción de menores agravado (artículo 125 párrafo 2 y 3 del mismo compendio normativo)”.
El Fiscal afirmó que las “pruebas resultan suficientes para tener por ciertas la existencia material, tiempo y modo, como así también, la participación punible del imputado”, conocido como “Payaso”.