Los equipos de rescate de la Prefectura Naval Argentina hallaron sin vida ayer a los tres, de cinco jóvenes que sufrieron un percance el viernes por la noche con una embarcación y naufragaron en el río Uruguay a la altura de esta localidad misionera.
Según informó la Policía de Misiones, la canoa dio vuelta campana y sus cinco ocupantes cayeron al agua, dos fueron socorridos por vecinos ribereños, del paraje Barra del Cerno a la altura de Colonia Alborada, quienes oyeron los gritos desesperados de auxilio pasadas las 23.30 del viernes.
Los primeros cadáveres fueron encontrados en pleno mediodía de ayer (12.40), el tercero pasadas las 15, según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.
Los tres jóvenes fallecidos fueron identificados como Juan Rechlizek de 26 años, Daniel Rodríguez de 24 y Alexandro Schulz de 17.
Schulz tenía residencia con su familia en Colonia Alborada, en Alba Posse. Mientras que Rechlizek y Rodríguez vivían en paraje May Bau, también jurisdicción de Alba Posse.
Una vez retirados del agua los cadáveres, peritos de la Policía Científica de la Unidad Regional XI, con cabecera en Aristóbulo del Valle, y el médico policial de turno los revisaron e informaron que Alexandro Schulz y Daniel Rodríguez no tenían lesiones corporales externas, ni signos de ultraje en su vestimenta, y que la causa de ambos decesos fue asfixia por ahogamiento, que derivó en un paro cardiorrespiratorio.
En el caso de Juan Rechlizek su muerte fue por un paro cardiorrespiratorio no traumático, no se halló agua en los pulmones. Una vez informadas las actuaciones al juez de Instrucción 2 de Oberá, Horacio Alarcón, se ordenó la entrega de los cuerpos a sus familiares para ser velados y sepultados.
Del operativo participaron efectivos de Prefectura, la Policía de Misiones por tierra y costa, más la colaboración de la Policía Civil de Brasil en su jurisdicción.
Hipótesis
Entre las versiones a qué intentaban hacer los jóvenes cuando sucedió el dramático percance, trascendió que habrían intentado cruzar a la orilla brasileña.
Otras voces señalaron que viajaban agua abajo para encontrarse con otros amigos y conocidos y que utilizar el cauce hídrico les facilitaba esquivar cualquier tipo de control terrestre previsto para el cumplimiento de la cuarentena y aislamiento social dispuesto para prevenir la circulación de la pandemia del coronavirus.