Luego de los anuncios realizados el pasado fin de semana por el presidente Alberto Fernández sobre la extensión de la cuarentena hasta el próximo 27 de abril inclusive, y a pesar que la flexibilización no fue tan extensa como varios rumores indicaban, algunas actividades y servicios se sumaron al listado de excepciones para el nuevo período que está transcurriendo.
Así, en el rubro automotor, los talleres mecánicos (mantenimiento y reparación) y las gomerías volvieron a abrir sus puertas, principalmente para la atención de vehículos de las fuerzas de seguridad, fuerzas armadas, transporte público, y salud (ejemplo: ambulancias), o personal autorizado para circular durante el aislamiento.
Durante los primeros días del retorno a la actividad, los trabajadores dedicados al sector coincidieron en señalar que el movimiento es muy escaso y adelantaron que las principales complicaciones económicas se verán en el futuro inmediato.
Leandro, empleado de una gomería ubicada sobre avenida Monteagudo, comentó a PRIMERA EDICIÓN que “estuvimos varios días cerrados sin poder trabajar. Volvimos a partir de la fecha que nos permitieron, principalmente para atender a los patrulleros y ambulancias”.
En relación a la actividad en Posadas, manifestó: “Está todo muy quieto, porque la gente no circula, hay muy pocos autos en las calles, las personas salen solamente para comprar comida, ir al cajero, o hay algunos pocos que tienen sus trabajos permitidos y usan el vehículo para trasladarse”.
“Somos una familia que depende de esto. En marzo y lo que va de abril no nos podemos acomodar. Solamente tratamos de salvar para la comida del día”, contó y añadió: “Aparte lo que se vende no se puede reponer porque no hay dónde comprar. La poca plata se gasta, no estamos reponiendo y no sabemos qué va a pasar el mes que viene. Tenemos costos, de alquiler por ejemplo, que se hacen muy difíciles de cumplir, pero el propietario de este lugar también depende de ese ingreso, es toda una cadena de dificultades”.
Al mismo tiempo señaló: “En nuestro rubro solamente nos queda esperar que permitan que la gente se empiece a mover un poco más. Pero el que anda ahora no tiene plata encima, porque la mayoría vive el día a día, así que creemos que el regreso va a ser muy lento”.
Por su parte, Luis Ortega, propietario de un taller mecánico en el barrio Villa Urquiza, relató: “Estamos volviendo de a poco, al menos contamos con algunos clientes frecuentes que necesitan ciertos arreglos después de tener varios días parados sus vehículos. Pero el movimiento es muy escaso. La mayoría de las personas están encerradas en sus casas cumpliendo la cuarentena, como corresponde, pero evidentemente eso nos trae muchas dificultades a los que estamos en esta actividad. La prioridad es la salud pero la preocupación económica es algo que cada día crece más y no te deja dormir prácticamente. No queda otra que tratar de aguantar este momento, aunque parezca muy difícil, y ver qué pasa más adelante, aunque seguramente en lo económico será todo más complicado que ahora”.
Además, recordó: “Venimos de un movimiento intenso, en general para todos los talleres cómo pasa en cada verano, por la cantidad de familias que ponen a punto su auto para salir a la ruta y viajar de vacaciones. Tuvimos mucho trabajo desde noviembre hasta febrero. Esa plata es la que estamos usando para estirar ahora, lastimosamente uno pensaba usar ese dinero para otra cosa, algún gusto personal y familiar o adquirir más equipamiento para el taller, pero ahora estamos obligados a utilizarlo para sobrevivir el día a día mientras se acomode todo”.
Por otro lado consideró que “nuestra ciudad se caracterizó en los últimos años por el crecimiento del parque automotor, la cantidad de vehículos es enorme, hasta me animo a decir que hay un exceso importante, y por eso el impacto se siente peor ahora que son muy pocos los que puedan utilizar su auto para moverse”.
En tanto, desde un local de venta de autopartes, el encargado Nelson manifestó a este Diario que “está volviendo muy lento todo. Se nota que la gente no tiene plata para invertir. Para nosotros es una puesta en escena nueva porque estuvimos prácticamente 25 días sin trabajar, desde que comenzó la cuarentena. Ahora abrimos pero atendiendo en la puerta sin que la gente ingrese al local y con todos los recaudos necesarios”.
“Habremos perdido en estos 25 días cerca de un millón de pesos. En porcentaje la caída de venta fue de un 30% menos que antes que se implemente la cuarentena”, afirmó.
Al ser consultado sobre las expectativas que mantiene a futuro, contestó: “Es todo muy aleatorio, no sabemos qué va a pasar, lo más probable es que tengamos menos ventas que antes de la cuarentena porque todos están arrastrando la falta de actividad. Hay muchas personas que no saben cómo afrontar sus gastos, los que pudieron pagaron algo en marzo pero para lo que es abril la mayoría no puede pagar las facturas de luz, agua y teléfonos”.
“Para mantenernos tuvimos que recurrir a ahorros propios que estaban pensados para situaciones de emergencia”, detalló y agregó: “Para las PyME no hubo nada de ayuda. Ese préstamo del 24% para alguien que empieza con caja cero, como nuestro caso, no significa nada, no es una ayuda. Nos tenemos que bancar con la nuestra, como siempre pasó. La ayuda que ofrece el Gobierno no ayuda realmente. Necesitamos plata para poder comprar mercaderías y rehacernos porque perder un millón de pesos en ventas, como perdimos nosotros, es mucha plata”.
Suspensiones y rebaja salarial
A nivel nacional, el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) acordó con los empresarios del sector autopartista un esquema de suspensiones temporarias con el pago del 65% del salario, pero la suma que recibirán los trabajadores llegará al 70% porque esta semana se pactó en toda la actividad un aumento del 7,5% para el primer trimestre de 2020.
Los mecánicos tienen tradicionalmente incorporado un sistema de licenciamientos con pago parcial de sueldos y desde que avanzó el coronavirus se aceleraron las suspensiones acordadas con los empresarios.
En las automotrices rige ese esquema con el pago del 70% de los sueldos, y el compromiso de mantener las fuentes de trabajo. Ahora se logró algo similar con las autopartistas de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), aunque falta firmar con tres cámaras más del sector. En total, hay unos 8.000 trabajadores de este rubro encuadrados en SMATA.