En un nuevo aniversario de la Gesta de Malvinas, hubo cataratas de homenajes en las redes sociales.
Entre innumerables mensajes sobresalió la dedicatoria a la señora Ñata, conocida así por sus familiares y amigos.
Su recuerdo se hizo viral en un posteo de Facebook.
“Apenas iniciada la década de 1990, la Municipalidad de Posadas hacía un homenaje en la puerta de su casa. Recuerdo un mástil, la ofrenda floral, la callecita con un hilo de agua corriendo. Después le pondrían su nombre, después el recordatorio en el Balneario El Brete, después el busto. Siempre después. Ese rostro se me grabó en el alma. Cuando el homenaje finalizaba, la señora Ñata nos convidaba con alguna empanada, sopa paraguaya y siempre, siempre… agradecía”, fueron las palabras que le dedicaron.
Lo cierto es que cada fecha para recordar la gesta de Malvinas el rostro de esa madre quedaba grabada en las personas. Ñata falleció en 2008.
“A lo mejor ya se encontró con su hijo. Ojalá. A los Héroes de Malvinas, aunque simple y poco, Gracias y perdón”, finaliza el texto donde la homenajea la directora del Archivo Municipal de Posadas, Silvia Gómez
Silvia hizo un alto en sus actividades cotidianas, mientras cumple el aislamiento obligatorio, para contar a PRIMERA EDICIÓN cómo la madre del soldado marcó su vida y su tarea en el archivo.
“Era el año 1991 o 1992. Yo era nueva como personal municipal. Participar de un acto homenaje frente a la casa del cabo primero Miguel Meza era de por sí emotivo. Era muy jovencita y en realidad en esa época las mujeres todavía respondíamos de nuestra educación de no cuestionar, de aceptar todo lo que nos contaban, creer todo lo que nos decían”, gráfico.
“Después de ese primer acto, la señora Ñata se paró, nosotros cantamos el himno y la marcha de Malvinas; nadie podía sacar los ojos de encima de esa señora bajita que nos miraba muy respetuosa con el dolor tatuado en la cara. Cuando todo termino, la señora nos agradeció y nos convidó empanadas. Yo jamás escuché una palabra de queja de parte de ella, era una mujer llena de amabilidad. Para mí ella fue y seguirá siendo el rostro de dolor por Malvinas“, enfatizó la directora del archivo.
“A veces, cuando ya no me quedan ganas, cuando siento que las fuerzas me abandonan ahí se me viene a la mente la cara de esa mujer. Pienso en cómo ella pudo sobrellevar ese dolor y hacer que su hijo fallecido siga vivo hasta hoy en la memoria de muchos de nosotros. Eso me da fuerzas nuevamente“, destacó.