“Todavía no lo puedo creer. Me cuesta pensar que no está más, que no me lo voy a cruzar más en el Cenard, que ya no voy a verlo ayudando gente, que no podremos ir juntos a los proyectos sociales… Fue terrible”, admitió Pareto, en un alto en su rutina en el Hospital de San Isidro, donde es traumatóloga.
Pareto, de 34 años, estuvo en Rusia para participar de un torneo internacional de judo (Grand Slam), en preparación para su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón, que finalmente fueron postergados por el coronavirus, y donde defenderá la medalla dorada de Río 2016 en la categoría -48 kilogramos, la misma donde obtuvo el bronce en Beijing 2008.
Por esa razón debió cumplir la cuarentena obligatoria de catorce días y el pasado miércoles retornó a sus funciones en el hospital “Melchor Posse”, de San Isidro. También donó sangre -algo que no había hecho en su vida por ser atleta de alto rendimiento- y, como si fuera poco, anunció que seguirá con los proyectos sociales que tenía Toledo, su amigo y colega fallecido el 27 de febrero.
“Es lo que él hubiese querido. Sé que no le voy a llegar ni a los talones, porque su compromiso era total. Pero al menos quiero ayudar. Ya acordamos con la empresa Saint Gobain para tomar la posta de sus proyectos en el programa Huella. Hablé con Graciela del merendero Los Pepitos en Merlo y voy a seguir lo que empezó en la sociedad de fomento en Florencio Varela. Porque, además, es lo que quiere la familia de Braian. Su madre y hermanos saben que es lo que a él lo hacía feliz”, explicó Pareto.
“Braian era una persona única, maravillosa en todo sentido, de otro mundo. Alguien que realmente hizo sacrificios extremos, pero se mantuvo con la mentalidad y la humildad para alcanzar sus metas. Por eso no tengo más que palabras de admiración”, dijo Pareto. Braian Toledo falleció el 27 de febrero en un siniestro vial.
Fuente: Agencia de Noticias NA